Sheinbaum denuncia acoso y expone la vulnerabilidad de las mujeres en México

Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, ha interpuesto una denuncia penal contra el individuo que la acosó físicamente durante un recorrido por el Zócalo de la Ciudad de México. El hecho, ocurrido a las afueras de Palacio Nacional, fue abordado por la mandataria en su conferencia matutina, donde contextualizó el incidente como una experiencia compartida por millones de mujeres en el país.

 

“Si esto le hacen a la presidenta, ¿qué va a pasar con todas las jóvenes de México?”, cuestionó Sheinbaum, subrayando la gravedad del problema sistémico de la violencia de género. “Presenté una denuncia porque esto es algo que viví como mujer, pero lo vivimos las mujeres en nuestro país. Lo he vivido antes cuando no era presidenta, cuando era estudiante. El acoso es un delito en la Ciudad de México”, explicó con tono firme.

 

La presidenta detalló que el sujeto, identificado como Uriel Rivera Martínez y quien aparentemente se encontraba bajo los efectos del alcohol, no solo la agredió a ella, sino que continuó acosando a otras mujeres en la zona, lo que evidencia un patrón de conducta. El episodio, capturado en video y ampliamente difundido en redes sociales, muestra cómo el hombre se aproximó a Sheinbaum por la espalda mientras ella saludaba a ciudadanos.

 

En cuestión de segundos, el individuo la besó y llegó a tocarle el pecho. La mandataria reconoció que, en el momento, su atención estaba centrada en la interacción con otras personas. “No me doy cuenta de inmediato, llega Juan José, lo mueven y hasta después que veo los videos es que me doy cuenta de qué ocurrió”, relató, refiriéndose a la intervención de su coordinador de Ayudantía. Desde una perspectiva jurídica, el caso ha sido canalizado a la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales en la alcaldía Cuauhtémoc.

 

Fuentes penales han clasificado los hechos como un delito flagrante de abuso sexual, según lo estipulado en el Código Penal local. Este marco legal convierte a la capital del país en una de las jurisdicciones con una tipificación clara contra el acoso, un aspecto que la administración federal pretende examinar a nivel nacional. Sheinbaum anunció que ha instruido a Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres, para realizar un análisis exhaustivo sobre en qué entidades federativas el acoso está tipificado como delito.

 

Con esta información, se planea impulsar una campaña nacional orientada a prevenir y sancionar las agresiones contra las mujeres. Esta iniciativa busca homogenizar la protección legal y generar consciencia sobre un fenómeno que, por su frecuencia, suele normalizarse en el espacio público. Pese a la gravedad del incidente, la presidenta descartó un reforzamiento inmediato de su esquema de seguridad.

 

“Si el secretario de Seguridad me dice ‘oigan, hay una alerta contra usted’, entonces bueno, habrá que ver si se refuerza en algún lugar. Hasta ahora no hay ninguna alerta en contra mía. Entonces mientras esto no ocurra, nosotros seguiremos caminando cerca de la gente”, afirmó. Esta postura refleja un equilibrio deliberado entre la necesaria seguridad personal y su compromiso de mantener la cercanía con la ciudadanía. La reacción política no se hizo esperar. Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, expresó su solidaridad pública a través de la red social X, asegurando que caerá todo el peso de la ley sobre el agresor.

 

“Presidenta: no estás sola. Desde esta ciudad que ha luchado históricamente por transformar la vida de las mujeres, que es pionera en la defensa de nuestros derechos y en contra de la violencia, desde aquí decimos ¡no a la violencia contra las mujeres!”, escribió. El caso trasciende el hecho aislado y se instala en el debate público sobre la seguridad y la integridad de las mujeres en México. La imagen de la máxima autoridad del país experimentando una vulneración de esta naturaleza pone en evidencia que ni el cargo ni la exposición pública son un escudo contra la violencia machista.

 

Este evento actúa como un recordatorio crudo de que el acoso callejero es una realidad cotidiana que afecta a mujeres de todos los estratos sociales, edades y posiciones, subrayando la urgencia de políticas públicas efectivas y una transformación cultural profunda. La denuncia de Sheinbaum no es solo un acto personal, sino una potente declaración política que visibiliza una problemática nacional.

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