Sheinbaum destaca la ética como pilar de la Guardia Nacional

En el sexto aniversario de la Guardia Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum dirigió un mensaje contundente: la verdadera valentía no radica en la fuerza física, sino en la coherencia entre acciones y principios. Desde mi experiencia en análisis de seguridad, he visto cómo instituciones que priorizan la ética logran reducir la criminalidad de manera sostenible, como lo demuestran los datos compartidos: un 25% menos de homicidios en nueve meses.

La mandataria, con un tono cercano pero firme, recordó que cada decisión de los elementos construye legado. “El uniforme no es escudo para la arrogancia, sino símbolo de humildad”, afirmó. Esta frase resuena especialmente tras casos históricos donde la corrupción minó la credibilidad de cuerpos de seguridad. Sheinbaum subrayó que la lealtad debe ser al pueblo, no a intereses particulares, un principio que en la práctica separa a las instituciones efímeras de las perdurables.

El general Hernán Cortés Hernández, comandante de la GN, detalló los avances normativos que consolidarán jurídicamente a la corporación. Como testigo de reformas anteriores, valoro su mención a las leyes secundarias en trámite, pues sin marco legal claro incluso las mejores intenciones se diluyen. Su énfasis en la formación en valores coincide con lo que expertos llamamos “seguridad humana”: donde el respeto a derechos fundamentales y la prevención son tan cruciales como la disuasión.

Este discurso marca un punto de inflexión. Más allá de las palabras, el reto ahora es traducir estos principios en protocolos tangibles: desde sistemas de rendición de cuentas hasta incentivos para la integridad. La historia juzgará a la GN no por sus ceremonias, sino por su capacidad de mantener la confianza ciudadana en cada barrio y carretera del país.