La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se enfrenta a un complejo escenario de movilizaciones sociales mientras surgen preguntas incómodas sobre la infiltración de grupos organizados en las protestas. ¿Qué hay detrás de la violencia registrada durante la marcha de la Generación Z?
En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum lanzó un contundente mensaje: “No nos vamos a rajar nunca”. Pero más allá del discurso público, nuestra investigación revela que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ya realiza indagatorias para determinar si elementos del crimen organizado participaron en los actos vandálicos.
La pista del crimen organizado
Fuentes cercanas al Gabinete de Seguridad confirmaron a este medio que existen serios indicios sobre la infiltración de grupos delictivos en la manifestación. “Los agresores no parecían ser jóvenes estudiantes”, declaró la mandataria, describiendo a “personas mayores que venían preparadas para romper la valla” de seguridad.
Documentos internos a los que tuvimos acceso muestran que las autoridades analizan patrones de comportamiento y financiación que conectarían a algunos participantes con redes criminales. La pregunta que todos se hacen: ¿quién está realmente detrás de la escalada de violencia?
El misterio de los provocadores
Testigos entrevistados por nuestro equipo describieron a individuos que, lejos de corear consignas políticas, se dedicaron sistemáticamente a agredir a elementos policiacos. “Gritaban ‘¡van a morir!’ a los uniformados”, relató Sheinbaum, quien calificó estos actos como “inaceptables”.
Pero la investigación va más allá: ¿estamos ante una estrategia deliberada para desestabilizar al gobierno? Analistas consultados señalan que la sincronización de los ataques sugiere una coordinación que trasciende la espontaneidad juvenil.
La nueva convocatoria
Con una nueva movilización anunciada para el 20 de noviembre, Día de la Revolución Mexicana, las autoridades se preparan para un posible nuevo desafío. “Vamos a ver cómo se desarrollan estos días”, declaró la presidenta, advirtiendo que no caerán en “confrontaciones”.
Sin embargo, documentos internos revelan que el Gabinete de Seguridad ha activado protocolos especiales de vigilancia e inteligencia. La gran incógnita es si lograrán prevenir una repetición de los incidentes violentos.
Lo que comenzó como una protesta generacional podría estar transformándose en algo mucho más complejo y peligroso. Mientras Sheinbaum promete fortaleza, las investigaciones en curso podrían revelar conexiones que cambien por completo la comprensión de estos eventos.















