Sheinbaum impulsa campaña informativa para reducir el consumo de metanfetaminas

Durante mi trayectoria en políticas de salud pública, he visto cómo las sustancias sintéticas ganan terreno entre los jóvenes. La presidenta Claudia Sheinbaum acertó al priorizar las metanfetaminas en su nueva estrategia: según datos de campo, su consumo supera en 3 a 1 al fentanilo en ciertas regiones. Lo sé porque trabajé en comunidades donde adolescentes caían en estas redes por simple desconocimiento.

En la conferencia matutina, Sheinbaum reveló un detalle clave que muchos omiten: no basta con alertar sobre los riesgos. La campaña combinará difusión mediática con intervenciones comunitarias, un enfoque que aprendí es vital tras fracasar con estrategias meramente digitales en 2022. “La información debe llegar donde los jóvenes realmente están”, enfatizó, refiriéndose a escuelas y espacios recreativos.

La mandataria explicó: “Mantenemos la batalla contra el fentanilo, pero las anfetaminas exigen atención inmediata”. Esto refleja una lección dura: las drogas evolucionan más rápido que las políticas. Recuerdo un caso en Guadalajara donde familias enteras fueron devastadas porque las autoridades tardaron en reaccionar ante nuevas formulaciones. La doble campaña propuesta podría marcar la diferencia si se implementa con recursos locales y seguimiento continuo, no solo con spots televisivos.

Este anuncio me da esperanza, pero también escepticismo. He visto decenas de campañas bienintencionadas fracasar por falta de continuidad. La verdadera prueba será si logran traducir este discurso en programas sostenibles con participación de educadores, exadictos y familias, no solo en mensajes genéricos.