Sheinbaum promete elecciones limpias pero critica el gasto en democracia

En un alarde de contorsionismo retórico digno del Cirque du Soleil, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció hoy que “el INE seguirá siendo autónomo”, mientras simultáneamente sugería que la democracia mexicana gasta demasiado en lujos innecesarios como… ejem, elecciones libres.

Con la solemnidad de quien anuncia un recorte al presupuesto de galletas para perros callejeros, la mandataria explicó: “El pueblo gasta mucho en estos caprichos democráticos”, refiriéndose quizás a esos molestos procesos donde los ciudadanos eligen a sus gobernantes. ¡Qué derroche!

En un giro magistral de doble pensamiento orwelliano, Sheinbaum aseguró que eliminar los plurinominales -ese invento diabólico que permite a los perdedores acceder al poder- sería “más democrático”. Porque nada fomenta más la representatividad que eliminar mecanismos de representación, ¿no?

“No somos autoritarios”, declaró la presidenta mientras trazaba planes para rediseñar el sistema electoral a imagen y semejanza del partido gobernante. ¡Vaya alivio! Todos sabemos que los verdaderos autoritarios siempre lo anuncian con carteles luminosos.

Lo más conmovedor fue su defensa del trabajo territorial: “Que los políticos salgan a la calle como vendedores ambulantes”. Una visión romántica donde los legisladores ganarían su curul vendiendo tamales o limpiando parabrisas, demostrando así su “compromiso con el pueblo”.

Ante la pregunta incómoda sobre la reacción de sus aliados, Sheinbaum respondió con la convicción de quien sabe que la disciplina partidista es más fuerte que los principios: “Todos estamos de acuerdo”. Claro, como en esos matrimonios felices donde todos están de acuerdo… por miedo al divorcio.

La cereza del pastel fue su afirmación de que “el argumento autoritario se cae solo”. Y sí, especialmente cuando lo empujan desde arriba con reformas electorales express y declaraciones que harían sonrojar hasta a los gerentes de relaciones públicas más creativos.