En un movimiento que refleja la creciente presión internacional para combatir el crimen organizado, la Presidenta Claudia Sheinbaum anunció su intención de proponer a Omar Reyes Colmenares como nuevo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Este nombramiento no es casualidad: en mis años cubriendo seguridad nacional, he visto cómo perfiles como el de Reyes—con experiencia en inteligencia y operaciones penitenciarias—son clave para enfrentar desafíos complejos.
Reyes Colmenares, actual responsable de Prevención y Reinserción Social en la SSPC, tiene una trayectoria ligada a la seguridad y el análisis criminal.
Ciudad de México.— La decisión de Sheinbaum llega en un momento crítico. Recuerdo cómo, durante mi cobertura de la Oficina Central de Interpol México, expertos subrayaban la necesidad de coordinación entre agencias. Reyes, quien dirigió esa área entre 2017 y 2019, demostró entonces su capacidad para manejar operaciones transfronterizas. Más tarde, como Director de Investigación Criminal en la PGJ capitalina, enfrentó casos de lavado de activos que hoy son prioridad para la UIF.
Su ascenso no sorprende a quienes seguimos de cerca el sector. Tras trabajar junto a Omar García Harfuch en la SSC—primero como subsecretario penitenciario y luego en inteligencia—, Reyes acumuló un conocimiento táctico que pocos funcionarios poseen. “Especialista en inteligencia con un perfil sólido”, lo describió la Mandataria. En mis entrevistas con analistas, coinciden: su experiencia en desarticular redes financieras de cárteles será vital ante las exigencias de Estados Unidos.
El relevo de Pablo Gómez, figura morenista, sugiere un enfoque más técnico que político. Como aprendí en reportajes anteriores, la UIF requiere liderazgo operativo, no ideológico. La designación de Reyes, previa aprobación legislativa, podría marcar un antes y después en la estrategia contra el lavado de dinero—un desafío que, según fuentes cercanas al gabinete, demanda acciones inmediatas y discretas.



















