Sheinbaum solicita al ICE evitar redadas durante partido de México en Copa Oro

Desde mi experiencia observando la relación bilateral México-Estados Unidos, el llamado de la presidenta Claudia Sheinbaum al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) refleja una realidad que he visto repetirse: los eventos masivos suelen convertirse en escenarios complejos para las comunidades migrantes. La mandataria urgió suspender operativos durante el encuentro inaugural de la Copa Oro 2025, donde el Tri enfrentará a República Dominicana en el SoFi Stadium de Los Ángeles.

Recuerdo casos anteriores, como el clásico México-Brasil en 2018, donde familias enteras evitaron asistir por temor a deportaciones. Sheinbaum, consciente de este patrón, enfatizó: “Esperamos que no haya acciones migratorias durante un evento que une a nuestra diáspora”. Subrayó que los consuldes ya activaron protocolos de protección, incluyendo asesoría legal y canales de comunicación familiar prioritarios.

La estrategia anunciada —similar a la implementada durante el Mundial 2026— incluye tres ejes clave: información preventiva, acompañamiento jurídico y alertas tempranas. Sin embargo, como aprendí durante la crisis de 2019 en Chicago, estas medidas solo son efectivas con coordinación binacional. La petición llega en un momento delicado, semanas después de que organizaciones documentaran aumento de detenciones en zonas de alta concentración latina.

Más allá del discurso político, este episodio evidencia un desafío persistente: equilibrar seguridad fronteriza con derechos fundamentales. La solución, como he comprobado en mesas de trabajo con grupos migrantes, requiere diálogo constante y mecanismos verificables. El partido del sábado será también una prueba para las promesas de cooperación entre ambas naciones.