La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se trasladó este jueves a la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, para visitar personalmente a las personas lesionadas y a sus familias tras el grave descarrilamiento del Tren Interoceánico. Su primera parada fue el Hospital General del ISSSTE en Santo Domingo Tehuantepec, uno de los centros médicos que recibió a un número significativo de pacientes tras el accidente ferroviario.
La mandataria recorrió las instalaciones para constatar las condiciones de atención y mantener un diálogo directo con los afectados, en una visita centrada en la supervisión de la respuesta sanitaria. Durante su estancia en el hospital, Sheinbaum estuvo acompañada por un amplio equipo de funcionarios federales y estatales.
La comitiva incluyó a representantes de la Secretaría de Salud federal, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del programa IMSS-Bienestar, del propio ISSSTE y de la Secretaría del Bienestar. Por parte del gobierno de Oaxaca, acudió el secretario de Gobierno estatal, Jesús Romero López, junto con otras autoridades del sector salud de la entidad. Esta presencia coordinada buscaba evaluar de manera integral la capacidad de respuesta y los recursos desplegados en la emergencia.
Al término de la visita, y ante la expectación mediática, la presidenta se abstuvo de ofrecer detalles específicos sobre el estado de los pacientes o las causas del siniestro. Declaró que la prioridad en ese momento era la atención médica y que su gobierno daría a conocer una actualización oficial de la información en las próximas horas. Este enfoque refleja un protocolo de comunicación cauteloso, destinado a garantizar que los datos divulgados sean precisos y verificados, evitando especulaciones en una situación de alta sensibilidad.
En paralelo a la visita presidencial, el director general del IMSS, Zoé Robledo, ofreció un parte médico más detallado. Informó que, del total de heridos, varios pacientes requirieron ser trasladados a otros nosocomios para procedimientos quirúrgicos especializados.
Concretamente, precisó que cuatro personas necesitan intervención quirúrgica, mientras que el resto de los lesionados permanece bajo observación y tratamiento hospitalario. Estas declaraciones subrayan la gravedad de algunas de las lesiones y la complejidad logística que implica movilizar pacientes entre instituciones para optimizar su cuidado. Robledo también se refirió a las quejas expresadas por algunos familiares, quienes habían señalado una presunta falta de especialistas para atender ciertas lesiones.
El funcionario federal negó categóricamente estas acusaciones, afirmando que todas las instituciones involucradas están colaborando y que cuentan con el personal necesario. “Estamos trabajando con todo”, aseguró, enfatizando el esfuerzo conjunto para brindar la mejor atención posible. Esta réplica busca transmitir un mensaje de control y capacidad por parte de las autoridades sanitarias, en un contexto donde la percepción pública de la respuesta es crucial. El descarrilamiento del Tren Interoceánico no es solo un incidente de seguridad operativa, sino un evento con profundas implicaciones para un proyecto emblemático de la administración actual.
Este corredor, diseñado para conectar el Golfo de México con el Océano Pacífico a través del Istmo, representa una inversión estratégica en infraestructura logística y desarrollo regional. Un accidente de esta magnitud pone inevitablemente bajo escrutinio los protocolos de mantenimiento, la seguridad de la ruta y los sistemas de respuesta a emergencias asociados a una obra de tal envergadura. La respuesta inmediata, centrada en la asistencia humanitaria y la visita presidencial, sigue el guion establecido para gestionar crisis de esta naturaleza. Sin embargo, las próximas etapas serán determinantes.
La investigación técnica que debe iniciarse tendrá la labor de identificar las causas precisas del descarrilamiento, ya sean factores humanos, fallos mecánicos, condiciones de la vía o una combinación de elementos. Los hallazgos de dicha investigación no solo serán clave para la rendición de cuentas, sino que definirán los correctivos necesarios para restaurar la confianza en un sistema de transporte prioritario para la conectividad del sureste mexicano. Mientras tanto, la atención se mantiene en los hospitales de la región.
Se espera que la presidenta Sheinbaum continúe su recorrido por otros centros médicos donde hay más heridos internados. La supervisión directa del más alto nivel busca, más allá del gesto político, asegurar que la coordinación entre instituciones federales y estatales funcione de manera fluida y que los recursos asignados lleguen efectivamente a los pacientes. El impacto humano de la tragedia, representado en las decenas de personas lesionadas y sus familias, es ahora el foco central, antecediendo al inevitable análisis sobre la seguridad y el futuro de la infraestructura ferroviaria nacional.















