La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó este jueves 4 de diciembre que viajará en la tarde-noche a Washington D.C. para asistir al sorteo oficial de la Copa Mundial de la FIFA 2026. El evento, de carácter protocolario pero de alto perfil diplomático, concentrará a las máximas autoridades de las tres naciones anfitrionas: México, Estados Unidos y Canadá.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum detalló que el traslado se realizará en un avión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), una decisión logística justificada por la premura de los tiempos de vuelo y la agenda compacta. “Vamos a usar un avión de la Secretaría de la Defensa Nacional por los tiempos de ida y vuelta, ya no nos daba la oportunidad”, explicó la mandataria. La delegación pernoctará en Washington para asistir a la ceremonia en el Kennedy Center en la mañana del viernes.
El componente diplomático de la visita cobra especial relevancia. Sheinbaum anticipó que, aprovechando la concentración de líderes, sostendrá lo que describió como una “pequeña reunión” con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otra con el primer ministro de Canadá, Mark Carney. La presidenta matizó el calificativo de “pequeña” aludiendo específicamente a la brevedad del encuentro, condicionada por la rigurosa agenda del evento principal. “Todo parece indicar que vamos a tener una pequeña reunión, digo pequeña, porque es de corto tiempo por los tiempos del evento”, precisó.
El acto central, el sorteo de la fase de grupos del torneo, tiene una duración oficial estimada de apenas cuatro minutos. Sin embargo, su trascendencia es monumental para la organización del mayor evento deportivo del planeta, que se disputará por primera vez en tres países. Estos momentos de contacto directo entre los mandatarios, aunque sean breves, constituyen una oportunidad para alinear estrategias finales, reforzar compromisos logísticos y proyectar una imagen de coordinación y unidad ante la FIFA y la comunidad internacional.
La elección del transporte oficial de la Sedena para una gira de esta naturaleza sigue un protocolo establecido para viajes presidenciales al extranjero que requieren flexibilidad y seguridad. Este despliegue subraya la importancia que el gobierno mexicano otorga a la representación en un foro de alcance global, donde los intereses nacionales trascienden lo deportivo para adentrarse en los ámbitos de la proyección internacional, la cooperación trilateral y la diplomacia pública.
La presidenta Sheinbaum confirmó que la conferencia matutina del viernes 5 de diciembre se llevará a cabo con normalidad, aunque será encabezada por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, dada la ausencia de la titular del Ejecutivo, quien regresará a territorio nacional tras cumplir con su agenda en la capital estadounidense.
La participación de Sheinbaum en el sorteo no es un mero acto ceremonial. Representa el respaldo político al más alto nivel al comité organizador local y envía una señal clara a la FIFA sobre el compromiso institucional de México. En un contexto de planeación compleja que involucra infraestructura, seguridad, transporte y servicios en once sedes repartidas en Norteamérica, la presencia de los jefes de Estado y de gobierno funciona como un aval de última instancia y un mecanismo para destrabar cualquier asunto pendiente que requiera decisión política.
Estos encuentros al margen del evento deportivo también abren una ventana para tratar, de manera somera, otros temas de la agenda trilateral, que incluyen comercio, seguridad regional, migración y competitividad. Si bien el tiempo es limitado, establecen un contacto personal que puede facilitar comunicaciones futuras y servir para preparar visitas de Estado o reuniones bilaterales más extensas programadas para los próximos meses.
El Mundial 2026 se perfila no solo como un espectáculo deportivo histórico, sino como un proyecto geopolítico de gran envergadura que prueba la capacidad de coordinación entre tres naciones soberanas. La gira de Sheinbaum a Washington, con su doble componente deportivo y diplomático, es un eslabón más en la ejecución de este proyecto compartido, donde cada gesto y cada reunión, por breve que sea, contribuye a tejer la complicada red de cooperación necesaria para su éxito.

















