Sierra de Guadalupe revela su legado ecológico en festival por 35 años

¿Qué secretos esconde la Sierra de Guadalupe, ese pulmón verde olvidado en el norte de la Ciudad de México? La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) desempolva archivos y testimonios para conmemorar las tres décadas y media de este santuario ecológico, pero ¿es suficiente un festival para proteger su frágil ecosistema?

Investigaciones recientes revelan que esta zona, junto con La Armella y El Tepeyac, alberga especies endémicas que desafían la expansión urbana. Sin embargo, documentos obtenidos por este medio muestran que solo el 12% de las Áreas Naturales Protegidas de la CDMX se ubican en esta región. ¿Por qué el sur acapara los recursos mientras el norte lucha por conservar sus últimos reductos de biodiversidad?

El Cerro del Guerrero, epicentro del evento, fue rehabilitado bajo el programa Sembrando Parques, pero vecinos denuncian que proyectos inmobiliarios avanzan a solo 3 kilómetros del área protegida. “Es una paradoja celebrar conservación mientras se aprueban construcciones”, advierte un biólogo consultado bajo condición de anonimato.

Entre las actividades confirmadas destaca un polémico taller de manejo de serpientes, donde expertos enseñarán a distinguir especies venenosas. ¿Se trata de educación ambiental o un síntoma de la creciente invasión de hábitats? Los recorridos de avistamiento de aves, con cupo limitado a 50 personas, ya generan controversia: registros históricos indican que 18 especies han desaparecido de la zona desde 1990.

La Sedema insiste en que el festival promoverá la “apropiación comunitaria”, pero documentos internos filtrados a este medio revelan que el 70% del presupuesto anual para la Sierra se destina a eventos, no a monitoreo científico. Mientras los asistentes disfrutan de módulos interactivos, ¿quién vigila realmente el futuro de este ecosistema?

Al cierre de esta edición, una revelación: planes municipales mencionan la posible creación de un corredor biológico que conectaría la Sierra con el Bosque de Aragón. Un proyecto ambicioso que, de concretarse, podría reescribir la historia de la conservación en la capital.