CIUDAD DE MÉXICO.- En una decisión que desafía la tradición y prioriza la realidad, el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha cancelado la celebración masiva del Grito de Independencia en Culiacán. Tras meses de asegurar su realización, el mandatario optó por un acto cívico protocolario, privilegiando la seguridad de las familias sobre la festividad.
El mandatario estatal, a través de su cuenta de X, declaró: “Como Gobernador de Sinaloa, honrando mi deber y mi responsabilidad de actuar en estricto interés de las familias del estado, he decidido que este 15 de septiembre, la conmemoración de nuestra Independencia se limitará únicamente al acto cívico protocolario”. El evento contará con la intervención de representantes de los Poderes del Estado y de las Fuerzas Armadas.
Rocha Moya extendió un agradecimiento a los artistas que estaban programados para los festejos, reconociendo su profesionalismo y disposición. Finalmente, apeló a la comprensión de la ciudadanía e invitó a la población a festejar en sus hogares el orgullo de ser mexicanos.
Esta medida no es un hecho aislado, sino un reflejo de un patrón preocupante. El 12 de septiembre del año pasado, el gobierno estatal tomó una determinación idéntica. En esa ocasión, la cancelación se dio a solo cuatro días de que una ola de violencia, derivada de una narcodisputa al interior del Cártel de Sinaloa, comenzara a azotar la capital y se extendiera a otros municipios.
En su anuncio previo, el Gobernador fue enfático: “Me interesa mucho la seguridad de la población, de las niñas, de los niños, de los jóvenes, de los adultos. Por ello, quiero anunciar que hemos resuelto que el festejo del Grito del 15 de Septiembre va a ser suspendido, no habrá festejo alguno ni público, ni privado”.
La reciente escalada de violencia reportada en el estado desde el pasado viernes obligó a Rocha a retomar la suspensión de las fiestas patrias. En un mensaje, afirmó: “Pueblo de Sinaloa, gobernar es un ejercicio de alta responsabilidad que exige que las decisiones que adoptemos tengan como finalidad invariablemente asegurar el bienestar, la seguridad y los derechos de los sinaloenses”.
El conflicto que subyace a esta decisión se remonta al 9 de septiembre del año pasado, cuando se desató una guerra al interior del Cártel de Sinaloa. Los reportes indican que el detonante fue una presunta traición por parte de la facción de Los Chapitos para entregar a Ismael “El Mayo” Zambada a autoridades de Estados Unidos.
El saldo de este enfrentamiento entre las facciones de Los Mayitos y Los Chapitos es devastador. Cifras oficiales indican que el conflicto acumula más de mil 800 personas asesinadas entre septiembre de 2024 y agosto de este año. Del total de estas víctimas, casi nueve de cada diez fueron ejecutadas con disparos de arma de fuego.
Las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) son elocuentes: el aumento de homicidios dolosos es del 265 por ciento, en comparación con los 501 casos reportados en el periodo anterior (septiembre de 2023 a agosto de 2024).
La gravedad de la situación llevó al propio Gobernador Rubén Rocha a admitir en julio que la estrategia de seguridad local no ha logrado contener los delitos de alto impacto. En un reconocimiento de la magnitud del desafío, el mandatario señaló que la solución definitiva requerirá del apoyo decisivo de la Federación.