El secretario de Salud de Sinaloa, Cuitláhuac González Galindo, reportó una serie de incidentes violentos registrados durante el último año en unidades médicas públicas y clínicas privadas de la entidad. El episodio más reciente ocurrió en el IMSS-Bienestar, donde se detuvo a un individuo por actitud sospechosa, aunque su situación jurídica corresponde ahora a otras autoridades.
De los seis casos documentados, únicamente el acontecido la noche del viernes 29 de agosto en el Hospital Civil de Culiacán, en la colonia Gabriel Leyva, ocurrió en el exterior de las instalaciones.
El funcionario enfatizó que no existen indicios de que los ataques hayan sido dirigidos específicamente contra el personal sanitario —médicos, enfermeras o administrativos—. La mayoría de las agresiones se concentraron en pacientes internados.
Como parte de los nuevos protocolos de seguridad, se ha instruido a paramédicos y conductores de ambulancias que acudan a conflictos con disparos a esperar a que las fuerzas federales y de seguridad controlen la escena, garantizando así su protección.
También se ha establecido la obligatoriedad de que el personal de hospitales y clínicas privadas notifique a las autoridades sobre el ingreso de pacientes con heridas de bala o arma blanca, con el fin de reforzar la seguridad según la valoración del lesionado.
Los registros más alarmantes corresponden a un fin de semana de agosto, cuando ocurrieron tres eventos violentos en dos hospitales y una clínica privada, resultando en la muerte de seis hombres.
En uno de los hechos, agresores armados ingresaron de manera casi simultánea a una clínica ubicada en la calle Escobedo del centro de Culiacán, y también al área de Terapia Intensiva del IMSS-Bienestar, cerca de la carretera a Imala, donde ejecutaron a dos de las víctimas.
Un día antes, sujetos armados estacionados frente a Urgencias del Hospital Civil de Culiacán abrieron fuego contra personas que esperaban información sobre sus familiares, cobrando la vida de cuatro hombres.