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Sinaloa recibe nuevo contingente militar para combatir la violencia

La entidad suma 300 nuevos efectivos en una estrategia que busca contener la escalada de violencia con presencia militar constante.

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En un movimiento que refleja la urgencia por contener la espiral de violencia, Sinaloa incorporó este viernes a 300 soldados del Ejército Mexicano, sumándose a una serie de despliegues federales que buscan estabilizar la región. Esta medida no es aislada: solo en julio, la entidad recibió a 90 fuerzas especiales, 150 paracaidistas y otro grupo similar de 300 efectivos, evidenciando una estrategia de saturación militar en zonas críticas.

¿Pero qué pasa cuando la solución se convierte en rutina? Los refuerzos, aunque necesarios, plantean una pregunta incómoda: ¿estamos ante un paliativo temporal o una política de seguridad fallida? La llegada de tropas se ha normalizado tanto que ya no sorprende, mientras los homicidios y las pugnas entre cárteles persisten. ¿Podría Sinaloa convertirse en un laboratorio para replantear el enfoque? Imaginen, por un momento, si esos recursos se destinaran a inteligencia comunitaria, tecnología predictiva o reintegración social, en lugar de depender únicamente del poder de las armas.

Los soldados se desplegarán en áreas urbanas y rurales, integrando patrullajes conjuntos con autoridades locales. Sin embargo, la verdadera innovación podría estar en combinar fuerzas: drones con IA para rastrear movimientos sospechosos, blockchain para cortar flujos financieros del crimen o incluso cooperativas económicas que ofrezcan alternativas legales a poblaciones vulnerables. La seguridad no debería medirse solo en número de efectivos, sino en capacidad para romper los ciclos de violencia desde su raíz.

Este operativo sigue el plan anunciado en junio por el secretario Omar García Harfuch, que prometió 1,200 militares y 400 elementos de la SSPC en zonas prioritarias. Pero quizás el verdadero refuerzo no viene en camiones, sino en ideas audaces: ¿y si transformamos los cuarteles en centros de innovación social donde soldados y civiles cocreen soluciones? La disrupción no está en más armas, sino en reinventar lo que significa “seguridad”.

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