La Inversión que Promete Revolucionar el Chocolate Mexicano
En el corazón de Villahermosa, Tabasco, un anuncio oficial promete reescribir el futuro del cacao mexicano. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reveló la construcción de la primera Planta procesadora de Chocolate Bienestar, con una inversión inicial de 80 millones de pesos. La pregunta que surge de inmediato es: ¿esta infraestructura consolidará realmente a Tabasco como el epicentro del mejor chocolate del planeta, o se enfrentará a los mismos obstáculos que históricamente han relegado a los productores locales?
La mandataria enfatizó una verdad a menudo pasada por alto en los mercados globales: “El chocolate europeo que tanto presumen es de México; el jitomate que tanto presumen es de México”. Esta declaración no es solo una reivindicación de origen, sino un cuestionamiento directo a las cadenas de valor que durante décadas han beneficiado a intermediarios y corporaciones extranjeras.
El Nuevo Modelo Económico del Cacao
Detrás del proyecto subyace una transformación más profunda. Según testimonios recogidos entre los asistentes al 14º Festival del Chocolate Tabasco 2025, el objetivo declarado es que las familias vivan dignamente de la producción y transformación del cacao. “Buena alimentación, precios justos y bienestar para las familias”, afirmó Sheinbaum Pardo. Pero, ¿cómo se materializará esta promesa en un sector tradicionalmente fragmentado?
Documentos oficiales a los que se tuvo acceso revelan que la planta se ubicará en el municipio de Comalcalco, enriqueciendo la Ruta del Chocolate. Esta estrategia turística, impulsada por el gobierno estatal, busca que visitantes conozcan el origen y espíritu del cacao. Sin embargo, la investigación periodística debe seguir de cerca si este desarrollo beneficiará genuinamente a los pequeños productores o simplemente creará otra atracción turística.
Las Cifras que Sustentan el Proyecto
Testimonios clave emergen de las declaraciones de la directora general de Alimentación para el Bienestar, María Luisa Albores González. La funcionaria detalló que la planta se construirá en un predio de dos hectáreas donado por el Gobierno de Tabasco. Las cifras del primer ciclo de acopio de cacao de 2025 son reveladoras: 149 toneladas obtenidas del trabajo de 1,300 productores, con una inversión de 31.7 millones de pesos.
Pero la información más significativa viene en la proyección: se estima que al final de este nuevo ciclo se alcanzarán las 400 toneladas con una inversión total de 88 millones de pesos. Estas cifras plantean un interrogante fundamental: ¿representan estas métricas un cambio estructural o simplemente un aumento temporal subsidiado?
Voces desde el Campo
La productora de cacao Francisca García Olán proporcionó uno de los testimonios más elocuentes durante el evento. “Gracias a los gobiernos de la Cuarta Transformación las y los productores de cacao son visibles, reconocidos y fortalecidos con precios justos por sus cosechas”, afirmó. Su declaración sugiere un cambio significativo en el reconocimiento hacia quienes históricamente han trabajado en la sombra.
El gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, celebró la quinta visita de la Presidenta a la entidad, señalando que la construcción de esta fábrica representa otro compromiso cumplido en lo que denominó el “Segundo Piso de la Cuarta Transformación”.
La Revelación del Producto Estrella
En lo que podría considerarse el anuncio más estratégico comercialmente, Albores González reveló como primicia la nueva “barrita golosina de 75 por ciento de cacao”, sumándose a la presentación existente del 50 por ciento. Este desarrollo sugiere una apuesta por productos de mayor valor agregado y calidad premium, desafiando directamente la hegemonía del chocolate importado en el mercado mexicano.
La narrativa oficial insiste en que Tabasco produce “el mejor chocolate, no de México, sino del mundo”. La persistente investigación periodística deberá seguir de cerca la ejecución de este proyecto para determinar si estas afirmaciones se traducen en beneficios tangibles para los productores locales y en productos que realmente compitan a nivel global, o si se convertirán en otra promesa incumplida en la larga historia del cacao mexicano.















