Tacos que salvan vidas en una sociedad que prefiere el guacamole a la salud pública

Foto: El Universal.

En un país donde la filantropía se mide en gramos de carne al pastor, la taquería Taquearte ha descubierto el algoritmo perfecto: vender ilusiones a 110 pesos el boleto mientras el sistema de salud se desmorona como un taco mal enrollado. Su campaña “Taquito Solidario” —una tragicomedia en tres tortillas— promete salvar niños con cáncer, siempre y cuando los comensales no pregunten por qué ese debería ser el trabajo del gobierno.

Mayte Góngora, portavoz de esta epopeya cárnica, declaró con emoción: “Ayudar es delicioso”, frase que inmediatamente relegó a segundo plano los 75% de diagnósticos tardíos de cáncer infantil. Mientras tanto, Stephani Salinas de AMANC reveló que un PET cuesta lo mismo que 20 boletos de tacos, cifra que nos recuerda que en México la salud es un lujo… pero el pastor es accesible.

La genialidad de esta iniciativa radica en su honestidad descarnada: si el Estado abandona a sus ciudadanos, al menos las empresas pueden vender esperanza por raciones. El año pasado reunieron 61 mil pesos (suficiente para tres meses de tratamiento), demostrando que la caridad sabe mejor con cilantro y cebolla. ¿El verdadero milagro? Que nadie haya cuestionado por qué los impuestos no financian lo que deberían lograr mil 601 tacos.

Así, entre salsas y tomografías, México escribe otro capítulo de su manual de supervivencia: donde los ciudadanos compran boletos para salvar vidas, los hospitales públicos colapsan, y los políticos… esos prefieren el buffet.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio