Tormenta Dalila expone fragilidad urbana en Chiapas con desaparecido

La tormenta tropical Dalila no solo descargó agua sobre el Soconusco, sino que destapó una cruda realidad: ciudades diseñadas para el fracaso. Mientras un joven colombiano de 30 años era engullido por una alcantarilla obstruida en Tapachula, la naturaleza expuso cómo la basura, la mala planificación urbana y la negligencia se combinan para crear tragedias evitables.

Imaginen un sistema de drenaje que en lugar de canalizar el agua, se convierte en una trampa mortal. Eso ocurrió en la colonia Cafetales, donde vecinos intentaban desesperadamente liberar el flujo cuando EHG fue arrastrado por la corriente. Mientras equipos de rescate buscan al desaparecido, el río Texcuyuapan -convertido en cloaca a cielo abierto por descargas residuales- alcanzó niveles críticos, demostrando cómo infraestructura y ecología colapsan en cadena.

¿Por qué seguimos construyendo ciudades que luchan contra la naturaleza en lugar de fluir con ella? Hugo Ramos, dueño de un restaurante afectado, lo resume: “La mala planeación nos hace víctimas de lo que debería ser vida, no destrucción”. Desde el deportivo Los Cerritos hasta la agencia Nissan, donde decenas de vehículos quedaron sumergidos, cada encharcamiento cuenta la misma historia de desarrollo mal concebido.

Mientras Protección Civil advierte sobre nuevas precipitaciones, la pregunta incómoda persiste: ¿Estamos invirtiendo en soluciones reactivas o rediseñando ciudades resilientes? La tormenta pasará, pero el desafío que plantea Dalila -como metáfora de crisis climáticas futuras- exige respuestas sistémicas donde drenajes, urbanismo y conciencia ambiental dejen de ser conceptos aislados.

El Servicio Meteorológico Nacional prevé más lluvias intensas para Chiapas, pero el verdadero pronóstico que debería preocuparnos es otro: seguiremos viendo tragedias como esta mientras no reimaginemos radicalmente nuestra relación con el agua y el territorio.