Uriel “R”, identificado como el individuo que agredió a la presidenta Claudia Sheinbaum en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue trasladado a las instalaciones del Reclusorio Norte después de que se efectuara su detención. Este movimiento, ejecutado el 6 de noviembre por agentes de la Policía de Investigación y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, forma parte del proceso legal que culminará con su presentación ante un juez para que se formalice la imputación correspondiente.
El sujeto, capturado desde el 4 de noviembre, está acusado de intentar realizar tocamientos indebidos a la mandataria. Durante su conferencia de prensa matutina, Sheinbaum confirmó haber interpuesto una denuncia formal en su contra, revelando que el presunto agresor aparentaba estar bajo los efectos del alcohol. La presidenta contextualizó el suceso no como un incidente aislado dirigido a su persona, sino como una experiencia representativa de la violencia de género que enfrentan cotidianamente las mujeres en México. Explicó que, si bien en la Ciudad de México este tipo de actos están tipificados como delito, esta no es una realidad uniforme en todos los estados del país, lo que subraya un vacío legal significativo.
El episodio quedó registrado en video, donde se puede observar con claridad el momento en que el individuo se acerca a Sheinbaum e intenta rodearla con sus brazos. Este material audiovisual se ha convertido en una prueba crucial para la investigación y en un testimonio gráfico de la vulnerabilidad a la que pueden estar expuestas las mujeres en espacios públicos, independientemente de su estatus o cargo. La propia presidenta planteó una reflexión de gran calado al cuestionar
“Si esto le sucede a la Presidenta, ¿Qué puede esperar el resto de las jóvenes y mujeres en el país?” Esta interrogante resuena con fuerza en el debate público, poniendo el foco en la normalización de la violencia machista.
Paralelamente a este evento, y casi de manera simultánea, los mismos policías que intervendrían después en el caso de Sheinbaum fueron alertados por una joven de 25 años, quien reportó haber sido víctima de tocamientos por parte de un sujeto en la vía pública. Esta doble denuncia activó un operativo de búsqueda que permitió localizar y detener al hombre en la zona de Paseo de la Condesa, lo que sugiere un patrón de comportamiento delictivo y plantea preguntas sobre la eficacia de las estrategias de disuasión y prevención.
En respuesta a estos hechos, ONU Mujeres México emitió un comunicado expresando su solidaridad con la presidenta Sheinbaum e hizo un llamado enérgico a condenar toda forma de violencia contra las mujeres. La organización internacional subrayó que actos de esta naturaleza no pueden ser normalizados ni minimizados, ya que atentan contra la integridad y los derechos fundamentales de las mujeres. Reafirmó su compromiso de continuar colaborando con las instituciones del Estado mexicano, la sociedad civil, la academia y otros actores clave para garantizar el derecho de todas las mujeres, adolescentes y niñas a una vida libre de violencia. Esta postura institucional refuerza la gravedad del incidente y lo sitúa en el marco más amplio de los derechos humanos y la igualdad de género, temas que requieren de una atención prioritaria y de políticas públicas integrales para su erradicación.

















