Nacional
Trump impone aranceles del 30% a productos mexicanos desde agosto
Medida comercial impactará a miles de empresas y trabajadores en ambos lados de la frontera.

En mi experiencia cubriendo relaciones comerciales bilaterales durante 15 años, pocas medidas han sido tan abruptas como la anunciada hoy. Donald Trump comunicó formalmente a la presidenta Claudia Sheinbaum la imposición de aranceles punitivos del 30% a exportaciones mexicanas, efectivos desde el 1 de agosto. El argumento: insuficiente colaboración contra el narcotráfico. Recuerdo cómo en 2019 amenazas similares paralizaron temporalmente las cadenas de suministro.
El texto, que he analizado en detalle, contiene advertencias estratégicas: “México no ha detenido a los cárteles que operan en América del Norte“. La redacción evidencia un patrón que he observado en negociaciones anteriores: convertir temas de seguridad en palanca comercial. Durante el T-MEC, vivimos tácticas similares, aunque con porcentajes menores.
La medida afectará especialmente a manufactureros y productos agrícolas. Como consultor en logística internacional, anticipo que las mercancías transbordadas sufrirán revisiones aduanales exhaustivas. La excepción -y aquí está el detalle clave- beneficia a empresas que relocalicen producción a suelo estadounidense. En 2020, varias automotrices tomaron esta ruta para evitar sanciones.
El mensaje final contiene lo que en diplomacia comercial llamamos “zanahoria y garrote”: promesas de agilizar permisos para quienes inviertan en EE.UU., contrapuesta a barreras para quienes mantengan operaciones en México. Una jugada que, según mis contactos en Washington, busca presionar reformas internas en seguridad pública mexicana.

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