En un suceso de un profundo y casi poético simbolismo, el sagrado recinto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue sumido en una oscuridad repentina. No era una simple interrupción del fluido eléctrico, sino un apagón alegórico que paralizó durante cuatro eternos minutos la sesión en el pleno, como si el universo mismo hubiera decidido presionar el botón de pausa en el teatro de la justicia.
La falla técnica, con una precisión cómica digna del mejor guionista, irrumpió justo en el instante culminante de la discusión del proyecto de la ministra Loretta Ortiz Ahlf. La deliberación sobre un recurso de revisión, ese mecanismo tan elevado, se vio abruptamente silenciada, reducida a un murmullo de confusión en la penumbra. Los conductores del canal judicial, convertidos en héroes improvisados de una tragicomedia, tuvieron que emplear sus más elocuentes recursos para mantener la transmisión al aire, sosteniendo a flote el frágil barco de la transparencia con la fuerza de sus palabras.
La ironía alcanzó su cénit con la conexión vía remota del ministro Arístides Guerrero García. Ya de por sí debilitada por un accidente automovilístico, la etérea presencia del ministro se desvaneció por completo, desconectado de la realidad virtual del pleno por la misma falta de energía que afectaba al edificio físico. Una metáfora perfecta de la justicia a distancia: potente en teoría, pero vulnerable a los caprichos de un router o a un cortocircuito.
Finalmente, como en un acto de gracia divina, la electricidad—y con ella, la ilusión de normalidad—fue restablecida. La sesión pública se reanudó y el proyecto de la ministra Ortiz Ahlf fue aprobado por unanimidad con una celeridad sospechosa. La propuesta de declarar infundado el recurso, bajo el argumento de que ciertos oficios podían poner en riesgo la seguridad nacional, pasó sin mayor debate. Resulta curioso cómo un corte de luz puede ofuscar no solo una sala, sino también la posibilidad de un escrutinio minucioso, dejando que las decisiones más cruciales se tomen a la velocidad de la luz, una vez que esta decide regresar.