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Un tornado revela la vulnerabilidad de San Cristóbal

La fuerza de la naturaleza revela vulnerabilidades y une a múltiples corporaciones en una respuesta sin precedentes.

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Más Allá del Viento: Una Investigación Tras la Devastación

La tarde del martes, un evento meteorológico, localmente conocido como “culebra”, azotó San Cristóbal de las Casas. Pero, ¿se trató realmente de un simple fenómeno ordinario como algunos sugieren? Las cifras preliminares hablan por sí solas: 77 viviendas con daños, 25 árboles derribados, cuatro centros educativos anegados y dos vehículos afectados. Las autoridades suspendieron de inmediato las clases en instituciones como la Secundaria Técnica 66 y la primaria “31 de Marzo”. Sin embargo, la verdadera historia se esconde detrás de los números oficiales.

Nuestra investigación se adentra en la respuesta de las corporaciones de auxilio. Un operativo conjunto de 250 elementos de Protección Civil de Chiapas, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Teopisca, Las Margaritas, La Trinitaria y Comitán de Domínguez se desplegó en la zona. ¿Fue suficiente esta fuerza de tarea? Testimonios recogidos in situ también confirman la presencia de brigadas de la Secretaría de la Defensa Nacional, de la Secretaría de Salud y de Bomberos, lo que plantea la pregunta: ¿la magnitud del evento fue subestimada inicialmente?

El gobernador Ramírez Aguilar se personó en la zona para supervisar los daños y garantizar, según sus declaraciones, “la protección civil y la tranquilidad de la población”. Afirmó un trabajo coordinado con el ayuntamiento, el Ejército Mexicano y la CFE. Pero, ¿esta coordinación es tan fluida como se pinta o existen fisuras en el sistema de respuesta a emergencias?

Aquí reside la revelación crucial: aunque los pobladores y algunos expertos califican estos eventos de “relativamente ordinarios”, la Secretaría de Protección Civil estatal confirmó que se trató de un tornado débil, técnicamente clasificado como tal, acompañado de un embudo. La clave de su formación, según los expertos consultados, es la interacción de aire caliente y húmedo en superficie con aire frío en altitud, sumado a fuertes variaciones en el viento en una ciudad enclavada a 2,100 metros sobre el nivel del mar.

La pregunta que queda resonando es si esta “normalidad” de los fenómenos excepcionales está enmascarando una creciente vulnerabilidad frente a los patrones climáticos cambiantes. La “culebra” no solo dejó daños materiales; destapó una red de protocolos de emergencia y cuestionó la preparación real de una comunidad ante lo impredecible.

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