En un giro estratégico que desafía las convenciones del establishment financiero, el visionario empresario Fernando Chico Pardo ha presentado su renuncia como consejero en BBVA México, justo después de concretar la adquisición transformadora del 25% de Banamex. ¿Qué significa cuando un jugador clave abandona una institución consolidada para embarcarse en una travesía disruptiva?
La institución bancaria informó a la Bolsa Mexicana de Valores que “se tomó nota de la renuncia presentada por el señor Fernando Gerardo Chico Pardo a su cargo de consejero suplente de BBVA México, el 26 de junio de 2025 misma que se aprobó surta sus efectos el día 28 de octubre de 2025”.
Este movimiento libera al empresario de todas las responsabilidades inherentes a su cargo, otorgándole lo que el comunicado denomina “el más amplio finiquito que en derecho proceda”. Una liberación estratégica que precede a una reinvención monumental en el ecosistema bancario nacional.
En una jugada que refleja la fluidez del nuevo orden financiero, Rafael Salinas Martínez de Lecea, miembro existente del consejo de administración, asumió inmediatamente la posición vacante, efectivo desde el 28 de octubre de 2025. La máquina financiera no se detiene, pero sus piezas se reconfiguran para un nuevo paradigma.
La transacción que desencadenó este terremoto financiero ocurrió cuando Citi anunció la venta del 25% de Banamex a Chico Pardo por la astronómica cifra de 42 mil millones de pesos. Pero la verdadera disrupción llegó cuando Grupo México, del magnate Germán Larrea, lanzó una oferta audaz por el 100% del banco, invitando a Chico Pardo a permanecer como accionista minoritario.
En un rechazo que redefine las reglas del juego, Citi desestimó la propuesta de Larrea, afirmando que su alianza con Chico Pardo y el camino hacia la oferta pública inicial representan la ruta más redituable para sus accionistas. Una apuesta que prioriza la visión a largo plazo sobre las soluciones inmediatas.
El destino queda sellado: Chico Pardo emergerá como accionista mayoritario de Banamex y, una vez concluida esta transacción histórica, ascenderá a la presidencia del consejo de administración del Banco Nacional de México. No se trata simplemente de un cambio de guardia, sino del nacimiento de una nueva filosofía bancaria para México.



















