Alerta Epidemiológica en Tamaulipas por Brote de Virus Coxsackie en Jardines de Niños

La Secretaría de Salud de Tamaulipas ha emitido un aviso epidemiológico de carácter oficial dirigido a los responsables de escuelas y guarderías de la entidad. El objetivo de esta comunicación es establecer un protocolo de acción inmediata para contener la propagación del virus Coxsackie, agente causal de la enfermedad conocida como mano-boca-pie, tras confirmarse varios casos en la región durante las últimas semanas.

 

Las directrices sanitarias exigen la notificación inmediata de cualquier caso sospechoso a las autoridades competentes. Se estipula que los menores afectados deben permanecer en aislamiento domiciliario por un período mínimo de siete días a partir de la manifestación inicial de los síntomas, o hasta la desaparición total de las lesiones cutáneas. Paralelamente, se ordena la intensificación de medidas de higiene ambiental, que incluyen el lavado de manos frecuente, la aplicación de gel antibacterial, la ventilación permanente de los espacios cerrados y la desinfección meticulosa de todas las superficies de uso común.

 

La situación epidemiológica ha generado especial preocupación en el sur de Tamaulipas, donde se han confirmado nuevos contagios en instituciones de educación preescolar de Ciudad Madero. La titular del Centro Regional de Desarrollo Educativo (CREDE) en Madero, Blanca Carrasco, detalló que el primer brote se identificó el pasado 19 de septiembre en el Jardín de Niños Ovidio Decroly, ubicado en la colonia Puerto Alegre.

 

En este plantel se documentaron tres casos, de los cuales dos fueron confirmados y uno permanece bajo investigación como caso sospechoso. Asimismo, se informó que otro centro educativo afectado es el Jardín de Niños Club de Leones, situado en la colonia Heriberto Kehoe, donde seis alumnos han resultado contagiados por el virus. Este segundo foco activo refuerza la necesidad de aplicar las medidas de contención con la máxima rigurosidad para evitar una dispersión comunitaria más amplia. Ante este escenario, las autoridades sanitarias realizan un enérgico llamado a los padres y tutores para mantener una vigilancia activa sobre la condición de salud de sus hijos.

 

Se insta a no enviar a los niños a los centros educativos ante la más mínima sospecha de síntomas asociados al virus, una medida fundamental para cortar las cadenas de transmisión dentro del entorno escolar. El cuadro clínico característico del virus Coxsackie, denominado técnicamente enfermedad de mano-boca-pie, suele manifestarse después de un período de incubación que oscila entre tres y seis días posteriores al contagio. La fase prodrómica se inicia típicamente con fiebre de aparición repentina, dolor de garganta y un marcado malestar general.

 

A estos síntomas les sigue, usualmente en uno o dos días, la erupción de pequeñas vesículas dolorosas en la mucosa oral, así como la aparición de exantemas maculopapulares de color rojizo localizados de manera predominante en las palmas de las manos y las plantas de los pies. El espectro sintomático puede incluir también pérdida del apetito, irritabilidad significativa y la extensión de las lesiones cutáneas a otras áreas como glúteos y piernas, un patrón que se observa con mayor frecuencia en niños de corta edad.

 

Aunque el pronóstico de la enfermedad es generalmente favorable y autolimitado, su alta contagiosidad representa un desafío significativo para el control en entornos de congregación infantil, como son las guarderías y los jardines de niños, donde el contacto cercano facilita la transmisión del patógeno.

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