La noche del lunes quedó marcada por la tragedia en el sur de Tamaulipas, luego de que dos mujeres perdieran la vida en distintos accidentes viales ocurridos en la región, uno de ellos protagonizado por personal médico en cumplimiento de su deber.
En el bulevar de los Ríos, a la altura del kilómetro 14, la enfermera Lina Karina, de 43 años, falleció al impactar el vehículo en el que viajaba contra una vaca que se encontraba atravesada en la carretera. La profesionista, con más de dos décadas de servicio en el Hospital Integral de Aldama, se dirigía junto al doctor Alberto Jorge a cumplir con su jornada laboral nocturna.
El automóvil, un Seat Ibiza, quedó destrozado tras el fuerte impacto. Lina Karina murió en el lugar, mientras que su compañero resultó lesionado y fue trasladado a un centro hospitalario. El animal también pereció en el sitio.
La noticia conmocionó a la comunidad médica y a los habitantes de Aldama, donde la enfermera era ampliamente reconocida por su vocación de servicio. Colegas y amigos expresaron mensajes de dolor en redes sociales.
“El cielo recibe a un ángel que ayudó aquí en la tierra a salvar tantas vidas”, escribió el médico Manuel de los Santos, mientras que su compañero René Arias la recordó como “una gran compañera” que deja un profundo vacío.
Otro hecho fatal en Villa Cuauhtémoc
De manera casi simultánea, en la carretera Tampico-Mante, a la altura de Villa Cuauhtémoc, una mujer de aproximadamente 48 años perdió la vida tras ser atropellada por un vehículo que huyó del lugar.
El cuerpo fue localizado por personal policial y de auxilio vial, que confirmó el deceso con apoyo de paramédicos de la Cruz Roja. En la inspección de la zona, se encontró la fascia de un automóvil, indicio del impacto, aunque la falta de cámaras de videovigilancia complica la identificación del responsable.
Seguridad vial en entredicho
Ambos sucesos ponen de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan conductores y peatones en las carreteras de Tamaulipas, donde factores como la iluminación deficiente, la presencia de animales sueltos, la carencia de infraestructura de contención y la impunidad tras accidentes “fantasma” incrementan la vulnerabilidad de los usuarios.
La muerte de Lina Karina no solo representa una pérdida para su familia y la comunidad médica, sino que también es un llamado urgente a mejorar las condiciones de seguridad en las vías, especialmente para quienes, como el personal de salud, deben transitar a cualquier hora del día para cumplir con su misión de salvar vidas.
AGENCIAS