México estrena su primer centro científico para investigar ovnis con rigor

México estrena su primer centro científico para investigar ovnis con rigor

El litoral de Playa Miramar y la zona sur de Tamaulipas llevan décadas siendo escenario de relatos sobre avistamientos de objetos y seres inexplicables. Estas narrativas han alimentado una industria local de turismo y souvenirs, perpetuando un aura de misterio y controversia. No obstante, la fascinación popular nunca había cristalizado en una iniciativa sistemática que agrupara testimonios, contrastara versiones y estableciera una investigación formal con carácter científico.

Ese vacío institucional ha comenzado a llenarse con la creación del Centro de Reporte Ovni de México, CROM, una plataforma digital concebida para centralizar casos, material audiovisual y análisis académicos sobre estos encuentros. La misión del centro es clara: aportar certeza a través de la comprensión de los sucesos, poniendo los datos a disposición de expertos y expandiendo el proyecto más allá de la región de Tampico.

La idea se gestó durante la pandemia de covid-19 y tomó forma a lo largo de 2024, impulsada por Basilio Kot Ascorve, catedrático y directivo del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Kot enfatiza que el proyecto se fundamenta en dos pilares irrenunciables: seriedad y respeto. Bajo esta premisa, asegura, se podrá avanzar en la comprensión de lo que hoy sigue siendo un enigma. A pocos meses de cumplir su primer año de operaciones, el CROM cuenta con el respaldo de dos investigadores veteranos: Carlos Guzmán y Enrique Kolbeck, cuya experiencia combinada supera el siglo de dedicación al tema.

La página web oficial se consolida como un repositorio en constante crecimiento. Guzmán subraya la singularidad del organismo, afirmando que se trata del primero en todo México que aborda estos hechos con formalidad investigadora, posicionando a Tampico como un lugar pionero que contribuye no solo a nivel nacional, sino global, en el estudio científico del fenómeno.

Maestro Basilio Kot, Fundador de CROM. | Cortesía

 

El origen de esta iniciativa se remonta a una experiencia personal de su fundador. La curiosidad de Basilio Kot por el fenómeno se sembró en su niñez, alimentada por las revistas y libros que su madre adquiría.

Un episodio familiar marcó un punto de inflexión: a finales de los años sesenta, su madre, su prima, su abuela y una vecina observaron un objeto flotando sobre la colonia Petrolera en Tampico. Lo persiguieron en automóvil durante varias cuadras antes de que la nave girara y desapareciera en el horizonte a una velocidad impresionante.

Aquella tarde quedó grabada en la memoria familiar y se convirtió en el parteaguas que lo llevó a abrazar el estudio de las ciencias. El confinamiento global durante la pandemia y la creciente divulgación de información sobre ovnis en Estados Unidos dieron un nuevo y decisivo impulso a esa inquietud latente.

 

Anomalías. | Cortesía

 

Mientras el CROM tomaba forma en México, en Washington se abría lo que muchos han calificado como una caja de Pandora. Pilotos y militares de élite comenzaron a ofrecer testimonios bajo juramento ante los Comités de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos. Más de cuarenta denunciantes aportaron lo que describieron como evidencia de programas de recuperación e ingeniería inversa aplicados a objetos voladores no identificados, refiriéndose no solo a materiales, sino también a lo que denominaron elementos biológicos, en alusión a presuntos tripulantes no humanos.

El trasfondo de estas audiencias, de intensidad creciente, revelaba una sofisticada campaña de ocultamiento que, según los testigos, envolvía ilegalidades e incluso crímenes. Desde 2022, Estados Unidos ha aprobado ocho leyes en la materia, reemplazando el término ovni por el de fenómenos anómalos no identificados y estableciendo un comité bipartidista para gestionar la información y proteger a los denunciantes.

 

CROM REVISTAS. | Cortesía

 

Para dotar de solidez legal y científica al CROM, Basilio Kot estableció colaboraciones con especialistas de reconocida trayectoria. Uno de ellos fue Enrique Kolbeck, controlador del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con amplia experiencia en incidentes relacionados con aeronaves y fenómenos aéreos no identificados, incluyendo el acceso a reportes oficiales e imágenes de radar.

El segundo pilar fue Carlos Guzmán, una referencia en el tema con cincuenta y cinco años de trayectoria, autor de veintidós libros y primer mexicano invitado a un congreso sobre ovnis en Estados Unidos. Guzmán visualiza el proyecto con grandes alcances, destacando su potencial para erradicar los aspectos empíricos que han limitado a muchos entusiastas en el pasado.

El 19 de diciembre de 2024, en la Casa de la Cultura de Tampico, se presentó oficialmente el CROM junto con su plataforma digital. El sitio web ofrece dos vías de acceso: un formulario para registrar avistamientos y otro para relatar experiencias inexplicables, garantizando en ambos casos el resguardo de la identidad del informante. Ciudadanos de Querétaro, Estado de México, Monterrey y Tamaulipas han comenzado a alimentar la base de datos con relatos, fotografías y videos. Cada caso es analizado meticulosamente para integrarse a la memoria colectiva de un fenómeno que se resiste a ser catalogado como simple mito.

 

Posibles avistamientos de ovnis captados. | Cortesía

 

La iniciativa se desarrolla en un contexto donde Tampico, y particularmente Playa Miramar, se han convertido en un epicentro nacional del fenómeno, atrayendo la atención de medios internacionales como The Wall Street Journal, Netflix y National Geographic.

Paralelamente, la industria turística local ha capitalizado esta notoriedad, a menudo de la mano de aficionados sin un sustento metodológico sólido. El CROM se distancia explícitamente de este enfoque, retomando la documentación de fuentes primarias para explicar el fenómeno con responsabilidad y objetividad. El interés generado es tal que en mayo de 2025 Tampico fue sede de un simposio que congregó a colegios de ingenieros, arquitectos y abogados.

Para su primer aniversario, ya se programan visitas a universidades públicas y privadas con el objetivo de recolectar más testimonios y pruebas, animando a la población a compartir sus experiencias desde un marco de seriedad científica, alejado de la fantasía y la especulación sin fundamento.

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