La tormenta tropical Gabrielle continúa su desarrollo en las aguas del océano Atlántico central, marcando el séptimo fenómeno meteorológico con nombre de la temporada de huracanes 2025. Su formación pone fin a un período inusualmente tranquilo registrado durante una de las épocas más activas del año en la cuenca atlántica.
De acuerdo con el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC), el sistema presenta vientos máximos sostenidos que oscilan entre 75 y 80 kilómetros por hora. En la mañana de este jueves, se localizaba a más de mil doscientos kilómetros al este-noreste de las Islas de Sotavento, desplazándose con rumbo noroeste a una velocidad constante.
Aunque las temperaturas oceánicas son notablemente favorables para una intensificación, Gabrielle se encuentra con obstáculos significativos en la atmósfera superior. La cizalladura del viento, un factor que rompe la estructura vertical de los ciclones, junto con la intrusión de masas de aire seco, han inhibido la formación de tormentas eléctricas concentradas alrededor de su centro. Esta limitación ha ralentizado, hasta el momento, su transición hacia un huracán.
Los modelos de pronóstico indican que, a medida que el sistema avance hacia aguas abiertas, encontrará un entorno atmosférico más propicio. Se estima que este cambio permitirá una mejor organización interna, con una probabilidad alta de que Gabrielle adquiera fuerza de huracán en los inicios de la próxima semana. Su movimiento estará dominado por un sistema de alta presión situado al norte, que actuará como una barrera guiándola primero hacia el oeste-noroeste, para luego impulsarla con un giro recurvante hacia el norte y noreste, adentrándola en el Atlántico norte.
En cuanto a sus posibles impactos, el NHC ha descartado de manera temprana un efecto directo sobre territorio continental, incluyendo las costas de Estados Unidos y México. Sin embargo, se advierte que el incremento en el tamaño y la fuerza del sistema generará oleaje elevado que podría afectar las costas del este estadounidense en los próximos días. Por su parte, las islas Bermudas deberán monitorear de cerca la evolución de Gabrielle, ya que se prevé que pase al este del archipiélago, produciendo lluvias y vientos de consideración.
La formación de Gabrielle sigue a los desarrollos de Andrea, Barry, Chantal, Dexter y el huracán Erin, este último asociado con siete fallecimientos en Cabo Verde. La temporada ciclónica en el Atlántico, que se extiende oficialmente hasta el 30 de noviembre, mantiene un pronóstico de actividad por encima del promedio histórico. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) proyecta entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales entre 6 y 10 alcanzarían la categoría de huracán. De ese total, se anticipa que entre 3 y 5 llegarían a ser huracanes mayores, es decir, de categoría 3 o superior en la escala de Saffir-Simpson.
Paralelamente, el NHC vigila otra área de interés: una zona de baja presión con aguaceros y tormentas cerca de Cabo Verde. Si bien no representa una amenaza inmediata para zonas pobladas, este sistema podría traer lluvias intensas a las islas locales y posee potencial para desarrollarse como depresión o tormenta tropical en los próximos días. La vigilancia continua es esencial, pues la temporada 2025 confirma su tendencia activa y refuerza la necesidad de mantener la preparación ante posibles fenómenos que puedan surgir en las próximas semanas.