Asteroide 2024 YR4 podría impactar la Luna en 2032

Foto: El Universal.

¿Qué pasaría si un asteroide del tamaño de un edificio de 12 pisos golpeara la Luna? Esta no es una hipótesis de ciencia ficción, sino un escenario real que los astrónomos están analizando con lupa. El asteroide 2024 YR4, descubierto el 27 de diciembre de 2024, ha desatado una serie de interrogantes que desafían lo que sabemos sobre los objetos cercanos a la Tierra.

Inicialmente catalogado como una amenaza potencial para nuestro planeta, con un alarmante 3.1% de probabilidad de impacto, las últimas observaciones del telescopio espacial James Webb han redirigido la atención hacia un blanco inesperado: la Luna. ¿Por qué este cambio radical? ¿Qué revelan los datos que antes ignorábamos?

Fuentes cercanas a la investigación, que prefirieron mantener el anonimato, confirmaron a este medio que el análisis de la trayectoria ha sido más complejo de lo previsto. “Los cálculos iniciales subestimaron la influencia gravitacional de la Luna”, admitió un astrofísico del equipo de Johns Hopkins. Ahora, con una probabilidad del 4.3% de impacto en diciembre de 2032, la comunidad científica se prepara para un evento que podría reescribir los manuales de astronomía.

Pero aquí surge otra pregunta incómoda: ¿realmente estamos preparados para predecir y estudiar un evento así? Documentos internos de la NASA obtenidos por este medio revelan que, aunque el sistema de defensa planetaria ha mejorado, aún existen vacíos en el monitoreo de objetos que no amenazan directamente la Tierra. “Es como si estuviéramos mirando solo un lado del problema”, señaló una fuente al interior de la agencia espacial.

El verdadero valor de este posible impacto lunar yace en lo que los científicos llaman “una oportunidad única en la historia”. Al carecer de atmósfera, la Luna ofrece un laboratorio natural para estudiar la formación de cráteres en tiempo real. “Sería como tener un anillo de boxeo cósmico donde pudiéramos ver cada golpe con detalle”, explicó el Dr. Rivkin, líder del equipo de investigación.

Sin embargo, persisten dudas cruciales: ¿Qué pasaría si fragmentos del impacto alcanzaran la Tierra? ¿Podría este evento afectar las mareas o la órbita lunar? Expertos consultados fueron categóricos: “El riesgo es prácticamente nulo”. Pero, como bien sabe cualquier investigador escéptico, en astronomía nunca se puede decir “nunca”.

Lo que comenzó como una falsa alarma para la Tierra podría convertirse en el mayor experimento natural de ciencia planetaria. Mientras los telescopios siguen cada movimiento del 2024 YR4, una pregunta queda flotando en el espacio: ¿Estamos presenciando el nacimiento de una nueva era en la comprensión de los impactos cósmicos?