Este verano, el firmamento de México se transformará en un lienzo cósmico con la llegada de las Delta Acuáridas del Sur, un evento astronómico que promete cautivar a observadores y entusiastas de la bóveda celeste. Según National Geographic, aunque estos meteoros suelen ser tenues, su magia radica en la conexión con los vestigios del cometa 96P/Machholz.
La NASA estima una frecuencia moderada de siete a ocho meteoros por hora, pero en su momento álgido —entre el 29 y 30 de julio—, bajo condiciones óptimas de oscuridad, podrían avistarse hasta 25 destellos por hora. El INAOE destaca que la luna creciente favorecerá la visibilidad, con un radiante en la constelación de Acuario a 45 grados sobre el horizonte.
Para una experiencia inmersiva, los expertos sugieren:
- Escapar de la contaminación lumínica hacia áreas rurales o elevadas.
- Adaptar la visión a la oscuridad al menos 30 minutos antes.
- Potenciar la observación con binoculares o telescopios para captar detalles invisibles al ojo humano.
Este fenómeno, más que un espectáculo, es una invitación a reconectar con el universo en una era donde la tecnología y la conciencia ambiental se entrelazan con la exploración espacial.