El sagrado ritual de la copia de seguridad en WhatsApp

El sagrado ritual de la copia de seguridad en WhatsApp

En este glorioso siglo XXI, los oráculos digitales nos ofrecen el divino don de las copias de seguridad, un ceremonial sagrado que permite inmortalizar nuestras profundas reflexiones sobre qué cenaremos o los memes que nos hicieron reír hace tres años. He aquí el manual para este rito de pasaje moderno.

¿Por qué consagrar nuestras banalidades a la nube?

La copia de seguridad constituye el acto supremo de fe en que nuestros debates familiares sobre si el aguacate estaba caro merecen ser preservados para la posteridad. Estos tesoros se depositan reverentemente en el Olimpo de Google Drive para los devotos de Android, o en el Jardín del Edén de iCloud para los acólitos de Apple.

Lo más milagroso es que este ritual puede realizarse automáticamente, liberándonos de la pesada carga de tener que recordar que nuestras trivialidades necesitan salvación constante.

Y aunque existe la opción herética de hacerlo manualmente, ¿qué mortal contemporáneo tiene tiempo para tan elevadas responsabilidades? Somos demasiado importantes como para detenernos a salvar nuestras conversaciones sobre el clima.

Los divinos beneficios de este sacramento digital

Este ejercicio de narcisismo archivístico ofrece bendiciones que trascienden el mero resguardo de conversaciones:

  • En el apocalíptico escenario de perder nuestro dispositivo, podremos reconstruir meticulosamente nuestro universo de chismes en un nuevo aparato.
  • Conserva el “cifrado de extremo a extremo“, ese hechizo mágico que nos hace creer que a alguien le importan nuestros mensajes sobre la siesta del gato.
  • Protege tu privacidad al respaldar esas fotos, videos y audios que documentan minuto a minuto nuestra existencia, porque evidentemente el universo ansía ver nuestra última cena.

Los sumos sacerdotes de la tecnocracia recomiendan realizar este ritual al menos semanalmente. Su único pecado capital es consumir gran espacio de almacenamiento, pero ¿qué son unos gigabytes frente a la pérdida eterna de ese audio de cinco minutos donde tu tía explica por qué la homeopatía cura todo?

El ceremonial paso a paso

Para realizar esta ofrenda a los dioses digitales, necesitarás: una cuenta en los altares de Google o Apple, una señal WiFi digna de los dioses y, crucialmente, suficiente memoria para almacenar las pruebas de que existimos.

El ritual sagrado se desarrolla así:

  1. Ingresa al templo de WhatsApp y realiza la genuflexión tocando los tres puntos verticales (el santo trino de la interfaz).
  2. Peregrina hacia “Ajustes” y luego a “Chats”, el confesionario digital.
  3. Selecciona “Copia de seguridad” y elige tu nube preferida para el ascenso de tus banalidades.
  4. Establece la frecuencia del ritual: diaria (para los más piadosos), semanal (para creyentes moderados) o mensual (para los agnósticos digitales).
  5. Decide si los videos merecen la inmortalidad o deben perecer en el olvido.
  6. Finalmente, activa el “cifrado de extremo a extremo“, creando una contraseña de 64 dígitos que ni tú recordarás, garantizando que tus mensajes sobre la lista del supermercado queden protegidos como si fueran secretos de estado.

Ahora que has sido iluminado sobre la trascendental función e importancia de esta ceremonia, aprovéchala al máximo y duerme tranquilo sabiendo que las discusiones sobre qué serie ver están seguras por toda la eternidad.

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