Estudiante mexicana combate el dengue con nanopolímero y bacteria

En un giro irónico digno de los mejores relatos distópicos, la Secretaría de Salud Jalisco ha decidido que la solución a una crisis epidemiológica recaiga en los hombros de una estudiante, mientras los burócratas aplauden desde sus sillones ergonómicos. Kelly Diane Padilla Plascencia, una adolescente del CECyTEJ, ha sido reclutada por la Unidad de Investigación Entomológica para salvar a la población del dengue, demostrando que en México los verdaderos héroes nacen en laboratorios escolares mientras los funcionarios se dedican a cortar listones.

La joven, que fue reconocida internacionalmente en Granada por su proyecto “Sin Dengue”, ha ideado un nanopolímero proteico que imita la piel humana, una idea tan brillante como escalofriante: atraer a los mosquitos con un señuelo científico mientras las autoridades gastan millones en campañas publicitarias con eslóganes vacíos. Su método incorpora la bacteria Wolbachia, un microbio que hace más por la salud pública que ciertos diputados en toda su carrera.

Durante un recorrido por las instalaciones, el director Héctor Hugo Bravo Hernández elogió el trabajo del equipo, aunque uno no puede evitar preguntarse si este “equipo” incluye a los políticos que recortan presupuestos a la ciencia mientras invierten en monumentos a la ineptitud. Mientras tanto, Kelly Diane explica su enfoque con la seriedad de quien sabe que su invento podría salvar vidas, en contraste con la frivolidad de quienes gobiernan con ocurrencias.

La Unidad de Investigación Entomológica, inaugurada en 2024, es presentada como un logro histórico, aunque su existencia solo evidencia lo tarde que llegó México a la lucha seria contra epidemias. En un país donde las soluciones reales parecen surgir por accidente —gracias a mentes brillantes como la de Kelly—, uno se pregunta si no sería más eficiente dejar la salud pública en manos de estudiantes y científicos, y enviar a los funcionarios a un curso intensivo de humildad.