La decisión de Instagram de limitar las transmisiones en vivo a cuentas con más de mil seguidores ha generado revuelo entre usuarios y creadores emergentes. ¿Se trata de una estrategia para elevar la calidad del contenido o simplemente un recorte de costos disfrazado?
Investigaciones recientes revelan que, aunque Meta, la empresa matriz, no ha ofrecido una explicación oficial, fuentes internas sugieren que el cambio busca reducir el ancho de banda utilizado por transmisiones de bajo impacto. “Es un movimiento calculado”, afirma un exingeniero de la compañÃa bajo condición de anonimato. “Priorizan cuentas con audiencias consolidadas porque generan más ingresos publicitarios”.
Pero la medida no solo afecta a creadores de contenido en crecimiento, sino también a usuarios comunes que utilizaban los lives para conectar con amigos y familiares. “Era mi forma de mantener contacto con mis seres queridos en el extranjero”, lamenta LucÃa M., una usuaria con 850 seguidores. “Ahora me obligan a buscar alternativas”.
Documentos filtrados a este medio muestran que Meta analizó durante meses el impacto de las transmisiones en su infraestructura. Un informe interno fechado en abril menciona “sobrecarga en servidores” y “contenido efÃmero de bajo engagement” como razones clave para la restricción. Sin embargo, la compañÃa insiste en que la medida responde a su “compromiso con la experiencia premium”.
¿Coincidencia o estrategia? El cambio llega justo cuando TikTok, su principal competidor, mantiene una polÃtica similar. Expertos en tecnologÃa señalan que esto refleja una tendencia preocupante: las plataformas están cerrando las puertas a los pequeños creadores en favor de cuentas establecidas. “Es un golpe a la democratización de las redes”, advierte Carlos RamÃrez, analista digital.
Mientras tanto, miles de usuarios exigen transparencia. ¿Responderá Meta a las crÃticas o seguirá operando tras un manto de opacidad? La batalla por el acceso igualitario a las herramientas digitales acaba de comenzar.