Zuckerberg vende superinteligencia mientras su metaverso se hunde en el olvido

El Mesías Digital y su Nuevo Evangelio

En un acto de autoproclamada divinidad tecnológica, el emperador de los datos, Mark Zuckerberg, ha anunciado su último plan para “salvar a la humanidad” (léase: monopolizar otra industria). Tras enterrar 10 mil millones de dólares en el agujero negro del metaverso —un mundo virtual donde los avatares tienen más depresión que los usuarios reales—, el CEO de Meta ahora promete una Superinteligencia Personal. ¿La meta? “Poner este poder en manos de las personas”, siempre y cuando esas manos estén firmemente controladas por sus algoritmos.

De cómo un fracaso se convierte en “revolución”

Recordemos que en 2021, Zuckerberg rebautizó su imperio como Meta Platforms mientras Frances Haugen destapaba cómo Facebook manipulaba sociedades. Casualidad o no, el metaverso fue la cortina de humo perfecta. Hoy, con ese proyecto convertido en un Second Life para ejecutivos aburridos, el profeta de Silicon Valley anuncia su nuevo santo grial: IA que “te ayudará a ser mejor amigo” (y a comprar más anuncios personalizados).

“Creemos en poner este poder en manos de las personas”, dijo Zuckerberg, mientras sus equipos legales bloqueaban regulaciones de privacidad en 12 países.

El manual del depredador tecnológico

Zuckerberg no innova: compra, copia o entierra competidores. Así hizo con Instagram y WhatsApp. Ahora, tras el éxito de ChatGPT, intenta colonizar la IA con una utopía distópica: asistentes virtuales que “entiendan tus valores” (y los vendan al mejor postor). Mientras, OpenAI avanza con herramientas educativas reales, Meta ofrece superinteligencia de la misma empresa que no pudo evitar apagones globales y crisis de desinformación.

Conclusión: El rey está desnudo (y usa gafas de realidad virtual)

La verdadera superinteligencia sería que los usuarios entendieran el ciclo: Zuckerberg fracasa, distrae con algo nuevo, repite. Mientras tanto, los legisladores siguen debatiendo si regularlo… en el metaverso.