Omar Chaparro recibe homenaje tras años de persecución festiva

En un giro cómico digno de sus propias películas, Omar Chaparro —ese titán de la pantalla que logró que el cine mexicano se tomara tan en serio como un meme de WhatsApp— finalmente sucumbió al acoso institucional del Festival “24 Risas por Segundo”, que durante años lo acechó como un fan obsesionado en un estacionamiento de televisa.

El evento, que en su novena edición demuestra que el humor nunca muere (aunque a veces debería), logró lo que ni las productoras más insistentes: cuadrar en la agenda del multifacético artista, cuyo currículum abarca desde hacer reír hasta hacer bostezar, según la generosidad del espectador.

Milka Ibáñez, directora del festival y posiblemente la persona más persistente desde el cobrador de seguros de “El Callejón del Cuerno”, declaró entre lágrimas de victoria: “Es un dramaturgo oculto… bueno, oculto porque nadie lo ha visto actuar en drama, pero la intención cuenta”.

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El homenaje se realizará en la Facultad de Cine, donde académicos analizarán si su cameo en “No Manches Frida” constituye arte o un crimen contra la cinematografía. Mientras, en las otras sedes —Cinemas WTC, Cine Lido y Cine Tonalá— proyectarán sus películas, aunque advierten: “No nos hacemos responsables de ataques de risa involuntarios o de quejas por falta de profundidad”.

Chaparro, por su parte, agradeció el reconocimiento mientras revisaba su calendario para ver cuándo podría escapar del siguiente.

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