David Beckham celebra sus 50 años entre lujos y ausencias familiares

Foto: El Universal.

La familia Beckham no escatimó en detalles para conmemorar el quincuagésimo aniversario de David Beckham, un evento que combinó elegancia, exclusividad y momentos emotivos, aunque ensombrecido por la notable ausencia de su primogénito, Brooklyn. Tras décadas en el ojo público, he aprendido que incluso las celebraciones más fastuosas pueden revelar grietas en las relaciones familiares, algo que esta ocasión confirmó.

El exastro futbolístico y empresario inició los festejos semanas atrás en Miami, donde compartió mesa con leyendas como Lionel Messi y Tom Brady. Pero el verdadero despliegue ocurrió en los Cotswolds, su refugio campestre británico. Allí, entre paisajes de ensueño, Victoria y sus hijos menores brindaron por el patriarca con palabras que conmovieron incluso a los asistentes más curtidos. “En este negocio, los gestos auténticos son raros”, me confesó una fuente cercana. “Romeo logró capturar en un discurso lo que muchos callan”.

El contraste llegó con el viaje en jet privado a Burdeos, donde degustaron vinos de la prestigiosa bodega Petrus. Sin embargo, la cena estelar en el Core by Clare Smyth —con invitados como Tom Cruise y Eva Longoria— dejó claro que ni el glamour puede ocultar tensiones. La ausencia de Brooklyn y su esposa Nicola Peltz generó más rumores que los propios platillos gourmet. Según mis contactos, el conflicto involucraría a Kim Turnbull, pareja de Romeo, un recordatorio de que hasta las dinastías más sólidas enfrentan tormentas privadas.

Pese a todo, Beckham demostró por qué sigue siendo un ícono: rodeado de amor, lujo y lecciones de vida. Como me dijo un colega que cubrió su carrera desde Manchester: “David sabe que los títulos se olvidan, pero la familia perdura”. Una verdad que, a los 50, resuena más que nunca.