El Vaticano sigue en suspense mientras los cardenales no se ponen de acuerdo

Foto: Agencia AP.

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CIUDAD DEL VATICANO. — En un espectáculo que combina la solemnidad de un ritual medieval con la eficiencia de una junta de condominio, los cardenales demostraron una vez más que elegir al “representante de Dios en la Tierra” requiere más tiempo que resolver un conflicto diplomático en la ONU. Tras dos rondas de votación en la Capilla Sixtina, el único resultado tangible fue una nube de humo negro que confirmó lo obvio: 133 hombres vestidos de rojo no lograron ponerse de acuerdo.

Con la paciencia de un feligrés esperando una absolución en confesión, el mundo observa cómo los purpurados se toman un descanso para almorzar —prioridades, al fin y al cabo— antes de reanudar su laboriosa tarea de seleccionar al próximo gerente general de la multinacional espiritual más antigua del mundo. Las apuestas en Roma no están sobre quién ganará, sino sobre cuántas comidas intermedias harán falta.

Mientras tanto, en la Plaza de San Pedro, turistas, curiosos y algún que otro autoproclamado experto en eclesiología especulan con la misma rigurosidad que un horóscopo de revista. “Esperamos humo blanco esta noche”, declaró un estudiante argentino, ignorando que la última vez que la Iglesia se apresuró, terminaron con un papa que renunció en tres semanas.

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Entre los candidatos, destacan nombres como el del cardenal Pizzaballa, cuyo apellido parece más adecuado para una trattoria que para el trono de Pedro, y Pietro Parolin, quien recibió un misterioso “doble augurio” que podría significar desde un simple saludo hasta un spoiler celestial.

El proceso, envuelto en más secretismo que un recital de Taylor Swift, incluye papeletas perforadas con agujas, votos atados con hilo y humo químico que convierte la elección del líder de mil millones de católicos en un reality show con vestimenta renacentista. Si el Espíritu Santo realmente guía este proceso, parece estar tomándose su tiempo… o quizás está atascado en el tráfico de Roma.

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