México celebra reducir asesinatos mientras el crimen organizado pide factura

En un alarde de optimismo macabro, el gobierno de Claudia Sheinbaum anunció hoy que los mexicanos ahora solo serán asesinados a un ritmo del 25% menos que antes, lo que equivale a que las morgues recibirán 21 cuerpos menos al día. “¡Progreso!”, gritaron los funcionarios mientras ajustaban sus chalecos antibalas.

Según el informe oficial, abril de 2025 fue el “abril menos sangriento en ocho años”, lo que sin duda consolará a las familias de las 65 personas que, en promedio, siguieron muriendo violentamente cada día. Guanajuato, Baja California y el Estado de México lideran el ranking de la muerte, aunque ahora con descuento.

La estrategia gubernamental parece consistir en inflar estadísticas como globos de cantoya: destruyeron 896 laboratorios de droga (pero no mencionan cuántos surgieron en su lugar), aseguraron 154 toneladas de narcóticos (que equivalen a aproximadamente el 3% de lo que cruza la frontera cada mes) y capturaron a 20 mil presuntos delincuentes (mientras los jueces liberaban a cientos de ellos).

Lo más hilarante: el operativo fronterizo aseguró 2,627 armas provenientes de EUA, demostrando que el T-MEC también incluye exportación de balas. Mientras tanto, los ciudadanos entregaron voluntariamente 1,550 armas en el programa “Sí al desarme”, probablemente las mismas que compraron la semana pasada cuando vieron que el gobierno no podía protegerlos.

Sheinbaum, en un discurso que mezclaba realismo mágico con contabilidad creativa, agradeció a las fuerzas armadas “que dan su vida” mientras evitaba mencionar cuántas vidas no pudieron salvar. Las “Jornadas de Paz” y “Ferias de Paz” continúan, aunque nadie explica por qué la paz en México requiere tantos eventos, como si fuera un producto que hay que promocionar en oferta.

Mientras los números se maquillan, el país sigue esperando el día en que celebrarán reducir los homicidios a cero, aunque para entonces probablemente ya no quede nadie vivo para contarlo.