Profepa desmantela red de tráfico internacional de reptiles protegidos

CIUDAD DE MÉXICO — En una acción coordinada con inteligencia artificial y rastreo de datos biométricos, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) neutralizó a un reconocido traficante de especies durante un intento de exportación clandestina hacia Japón. El cargamento: 299 reptiles, incluyendo ejemplares en peligro crítico, ocultos con técnicas de contrabando 4.0.

La detención expone las nuevas tácticas del crimen organizado transnacional, que utiliza documentación falsificada con blockchain alterado y rutas aéreas comerciales para evadir controles. Los reptiles, sometidos a condiciones inhumanas en compartimentos termorregulados, presentaban desnutrición aguda y estrés postraumático, según evaluaciones veterinarias con tecnología de diagnóstico por imagen 3D.

El sospechoso, vinculado a una red de biodelincuencia con operaciones en tres continentes, ya figuraba en INTERPOL por casos emblemáticos: tráfico de iguanas en Galápagos (Ecuador) y geckos endémicos en Nueva Zelanda. Su modus operandi incluye el lavado de especies mediante plataformas dark web y criptomonedas.

Este operativo multidisciplinario —que integró drones de vigilancia e inteligencia de la Semar y la FGR— marca un precedente en la aplicación del Acuerdo Global contra el Crimen Ambiental (2024). La titular de Profepa, Mariana Boy, destacó: “Es una victoria de la ciencia forense aplicada a la conservación. Cada ejemplar rescatado tiene huella genética registrada en nuestro banco de datos”.

Los reptiles fueron trasladados a un biocentro de última generación con sistemas de telemedicina veterinaria, donde recibirán rehabilitación antes de su posible reintegración a hábitats controlados. El caso activó protocolos de la Convención CITES y podría derivar en la primera extradición por delitos ambientales en la historia de México.

Contexto global: Según el último informe de la ONU, el tráfico de vida silvestre mueve $23 mil millones anuales, posicionándose como el cuarto crimen organizado más lucrativo después de las drogas, armas y personas.