Rayados Sub 15 y el arte de coleccionar copas mientras el primer equipo sueña

Las Fuerzas Básicas del Monterrey, esa fábrica de ilusiones donde los adolescentes juegan a ser cracks mientras los veteranos del primer equipo juegan a no descender, acaban de añadir otro ladrillo a su muro de trofeos. La Sub 15, en un alarde de eficacia que sus mayores envidiarían, levantó su décima corona en categorías inferiores. Sí, décima. Mientras tanto, el equipo profesional sigue buscando su cuarta estrella desde que internet era dial-up.

El Clausura 2025 fue otro episodio de esta tragicomedia azul: niños de 15 años demostrando más carácter que un plantel que gana en dólares y pierde en penaltis. Vencieron al América (3-1 global), un club que, irónicamente, gasta más en un delantero extranjero que Rayados en todas sus canteras juntas. La moraleja es clara: el futuro es prometedor… hasta que llegan a Primera División y descubren que el fútbol es un negocio, no un deporte.

El recuento de copas es tan absurdo como aleccionador: 2 en Sub 20, 2 en Sub 13, 2 en Sub 17, y una en Sub 18, Sub 16, Sub 14 y ahora Sub 15. Un zoológico de categorías donde los cachorros rugen y los leones… bueno, los leones prefieren hibernar en la tabla general. Destacan casos como el de Jesús Corona, que pasó de ganar títulos juveniles a emigrar porque en México el talento se exporta como aguacate. O José Alvarado, cuyo gol en 2017 fue tan memorable que hasta él mismo lo olvidó.

Lo más hilarante es ver cómo estos chicos —ahora dispersos entre Escocia, equipos mediocres y el banquillo— fueron alguna vez “la generación dorada”. Alessandro Tagle e Íker Fimbres, por ejemplo, pasaron de ser héroes en la Sub 18 a figurar en las listas de “jugadores que usted no sabía que seguían en el club”. Y ni hablar de César Garza, que prefirió el frío de Dundee al calor de la frustración local.

En resumen: las inferiores de Rayados son como esos alumnos aplicados que sacan 10 en la escuela pero terminan manejando un Uber. Mientras el club sigue presumiendo su cantera, la afición se pregunta: ¿cuándo dejarán de vender promesas y empezarán a cumplirlas?