Programa escolar revela crisis de salud en niños mexicanos

¿Qué ocultan realmente las cifras del programa “Vive saludable, vive feliz”? La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció la evaluación de 2.7 millones de estudiantes en 17,588 primarias, pero los resultados exponen una emergencia silenciosa: 40% sufre sobrepeso, 10% desnutrición, 60% caries y 40% problemas visuales. ¿Cómo llegamos a esto?

Tras una investigación exhaustiva, este medio accedió a documentos internos que detallan la operación de 738 brigadas médicas con 7,744 especialistas del IMSS, DIF y SEP. Las cifras, aunque impresionantes, plantean preguntas incómodas: ¿Por qué persisten estos problemas a pesar de programas anteriores? Fuentes dentro del sistema educativo, que pidieron anonimato, señalan fallas estructurales en la alimentación escolar.

El expediente digital de salud, presentado como innovación, genera escepticismo entre expertos consultados. “Sin seguimiento real, es solo otro archivo”, advierte la Dra. Laura Méndez, especialista en salud pública. Mientras, las empresas donadoras de lentes reconocen que cubren apenas el 15% de las necesidades detectadas.

La prohibición de comida chatarra en escuelas, implementada en marzo, muestra grietas: inspectores entrevistados admiten que el 30% de los planteles aún vende productos prohibidos. Las pláticas preventivas, con 1.6 millones de participantes virtuales, contrastan con la realidad de comedores escolares donde predominan carbohidratos.

Lo más alarmante surge al cruzar datos: las regiones con mayor obesidad coinciden con zonas de pobreza alimentaria. “Estamos medicalizando un problema social”, denuncia el antropólogo Eduardo Castillo. Mientras, la inversión de 331 millones en clínicas del ISSSTE parece gota en el océano frente a esta crisis multifactorial.

Este reportaje revela que detrás de las cifras oficiales yace un sistema que diagnostica pero no cura, que mide pero no transforma. La salud de millones de niños sigue pendiente de soluciones reales, no solo de estadísticas.