Protección Civil declara victoria pese a caos dejado por huracán

CIUDAD DE MÉXICO.- En un alarde de realismo mágico burocrático, la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, declaró solemnemente que “no hay daños humanos” por el huracán Erick, como si los árboles derribados, hospitales inundados y comunidades evacuadas fueran meros detalles decorativos en el gran teatro de la gestión pública.

Entre los “efectos menores” que no ameritan preocupación según el informe oficial: 14 municipios afectados, un hospital evacuado, nueve derrumbes carreteros, cortes eléctricos masivos y el pequeño detalle de que el mar decidió pasearse por las calles. Pero hey, ¡ningún humano resultó dañado! (excepto esa persona golpeada por una barda, pero eso cuenta como “daño arquitectónico”).

El parte meteorológico de la ironía

Mientras los funcionarios se turnaban para leer la lista de desgracias con la solemnidad de un informe trimestral, la presidenta Sheinbaum destacó lo “bien” que respondió la población al llamado de resguardo. Claro, cuando la alternativa es ser arrastrado por un río embravecido o electrocutado por cables sueltos, quedarse en casa parece una opción razonable.

El gobernador de Oaxaca, en un ejercicio de contabilidad creativa de desastres, enfatizó que no había “fallecidos ni desaparecidos”, omitiendo mencionar que las carreteras destruidas y los pozos inundados probablemente convertirán a varios ciudadanos en desaparecidos geográficos durante los próximos meses.

La gran obra teatral

El verdadero espectáculo fue el despliegue de cifras: 3,276 elementos desplegados para contabilizar daños, tomar fotografías protocolarias y, sobre todo, asegurarse de que ningún ciudadano afectado rompiera el guión oficial con declaraciones incómodas. Mientras tanto, en Guerrero, la gobernadora instaba a “no bajar la guardia”, como si la población tuviera alguna alternativa ante ríos desbordados y techos volando.

En el colmo del surrealismo administrativo, el informe concluye con un optimismo digno de comedia romántica: todo está bajo control, no pasa nada grave, y si acaso hay algún problemita, ya se está atendiendo en el marco de los protocolos establecidos. Mientras, en la vida real, los damnificados contemplan cómo la naturaleza les recordó, una vez más, que en el México profundo la verdadera protección civil sigue siendo un milagro.