Trump ordena ataques a instalaciones nucleares iraníes en operación conjunta

En un movimiento que redefine el equilibrio geopolítico, Donald Trump confirmó el despliegue de fuerzas estadounidenses contra tres blancos estratégicos en Irán, marcando una escalada sin precedentes en la tensión nuclear. La operación, coordinada con inteligencia israelí, utilizó tecnología de punta, incluyendo bombarderos furtivos y municiones de penetración profunda, para neutralizar complejos subterráneos vinculados al enriquecimiento de uranio.

La acción militar se produce tras una semana de ciberataques y sabotajes atribuidos a Tel Aviv, diseñados para debilitar las defensas antiaéreas iraníes. Analistas señalan que el uso de la bomba GBU-57 (de 13.600 kg), capaz de destruir infraestructuras blindadas, refleja una estrategia calculada para minimizar riesgos operativos.

“Hemos neutralizado con éxito las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán”, declaró Trump en un comunicado digital, destacando el retorno seguro de los pilotos. Sin embargo, expertos advierten que esta decisión contradice su discurso antiintervencionista y podría desencadenar represalias inmediatas, incluso mediante ataques asimétricos o cibernéticos patrocinados por Teherán.

El evento subraya la creciente dependencia de la inteligencia artificial en traducciones y análisis de conflictos, como revela la metodología empleada por la agencia AP para difundir la información. Mientras tanto, la comunidad internacional monitorea el riesgo de una escalada regional, en un contexto donde la diplomacia parece relegada por la acción militar.