Exabogada de El Chapo asciende a jueza en Chihuahua

En un giro que solo podría ocurrir en el surrealista mundo de la justicia mexicana, Silvia Rocío Delgado García, quien alguna vez luchó con uñas y dientes (y cobijas adicionales) por los derechos humanos del capo más famoso del narco, ha sido elevada a la sagrada posición de jueza penal en Chihuahua. Propuesta por la Gobernadora Maru Campos, esta decisión demuestra que, en México, el currículum ideal para impartir justicia incluye experiencia en defender narcotraficantes.

El Instituto Estatal Electoral, en un acto de valentía burocrática, entregó la constancia a Delgado a pesar de las protestas de organizaciones que, ingenuamente, creen que un historial como enlace legal de El Chapo podría ser un conflicto de interés. Pero, ¿qué son estos detalles frente a la visión progresista de una abogada que sabe lo que es luchar por el bienestar de sus clientes? Incluso si ese cliente era un capo que necesitaba una cobija extra en prisión.

Al ser cuestionada sobre su pasado, Delgado, con la serenidad de quien ha visto demasiado, aclaró que su labor fue simple representación técnica, no vinculación. Porque, como bien sabemos, defender a un narcotraficante no es complicidad, es solo un trabajo. Uno muy especializado, eso sí, que incluye visitas a prisiones de alta seguridad y gestiones para evitar que los custodios acosaran a su cliente. Cosas normales en cualquier carrera jurídica.

La ahora jueza argumentó que su decisión de entrar en la política judicial fue motivada por el deseo de ayudar a la comunidad. Y qué mejor manera de servir al pueblo que ascendiendo desde las trincheras del derecho penal… especialmente aquellas trincheras que defendieron al hombre que convirtió el narcotráfico en un imperio global.

Defensorxs, la organización que osó cuestionar su elegibilidad, recordó al público que Delgado no solo fue una simple asistente legal, sino un enlace clave entre el capo y sus abogados. Pero, ¿acaso no es esa experiencia invaluable para una jueza? ¿Quién mejor para entender los intríngulis del crimen organizado que alguien que los conoce desde dentro?

En un país donde la justicia a menudo parece una farsa, este nombramiento es simplemente otra escena en la tragicomedia nacional. Porque, al final, ¿qué es más mexicano que ver a la exabogada de un narcotraficante convertirse en jueza? Solo faltaría que, en su primer fallo, ordene entregar cobijas a todos los reclusos… por derechos humanos, claro.