Hugh Jackman y Deborra-Lee Furness sellan su divorcio con elegancia y dólares

En un acto que sorprendió a nadie, Hugh Jackman y Deborra-Lee Furness han convertido su amor eterno en un contrato legal con cláusulas de salida doradas. El divorcio express, rubricado el 12 de junio pero convenientemente filtrado cuando ya nadie miraba, es un manual de cómo deshacer 27 años de matrimonio sin arrugar el smoking.

Los documentos judiciales, más pulidos que un discurso de los Óscar, revelan un “acuerdo no disputado” —traducción: ella obtuvo lo que quería y él pagó para evitar el circo mediático—. Incluye no solo manutención conyugal (cantidad: “generosa”, según fuentes anónimas con cuentas en paraísos fiscales), sino también cláusulas de silencio disfrazadas de “compromiso con la crianza”.

“Nada de drama”, declaró un insider al Daily Mail, mientras las cámaras se enfocaban en la sonrisa profesional de ambos. Porque en Hollywood, incluso el fracaso matrimonial debe tener dirección de arte y final feliz… para los abogados.

Así, la pareja que alguna vez fue portada de revistas del corazón ahora protagoniza el reality más aburrido de todos: adultos comportándose como adultos. ¿El verdadero giro de trama? Que esto no inspire un musical.