México y EU chocan por la reubicación de vuelos de carga

La tensión entre México y Estados Unidos alcanza alturas estratosféricas tras la decisión del Departamento de Transporte estadounidense de amenazar con vetar solicitudes de vuelos mexicanas. ¿Un conflicto diplomático disfrazado de disputa logística? Las autoridades norteamericanas acusan a México de incumplir el Acuerdo de Transporte Aéreo tras la reubicación forzosa de operaciones de carga del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Felipe Ángeles (AIFA), una medida que califican de “abrupta” y costosa para sus aerolíneas.

Pero detrás de esta aparente disputa técnica se esconde una revolución silenciosa en la infraestructura aeroportuaria mexicana. Mientras EE.UU. habla de “perturbación del mercado”, México implementa una estrategia audaz: descentralizar el caos aéreo de la capital. El AIFA, inaugurado en 2022, ya maneja un tercio de la carga nacional, demostrando que los problemas pueden convertirse en oportunidades cuando se piensa fuera de la pista de aterrizaje convencional.

¿Y si en lugar de ver esto como un conflicto lo vemos como un laboratorio de innovación logística? México desafía el status quo redistribuyendo operaciones, mientras EE.UU. se aferra a modelos centralizados. La reducción de slots en el AICM de 61 a 44 operaciones horarias no es solo una restricción: es un experimento en gestión aérea eficiente que ya redujo en 22% los tiempos de ocupación en pista.

Este choque de visiones plantea preguntas disruptivas: ¿Estamos presenciando el nacimiento de un nuevo paradigma en transporte aéreo o simplemente las tensiones propias de cualquier transformación radical? Mientras las autoridades discuten, el AIFA emerge como protagonista inesperado, demostrando que a veces las soluciones innovadoras nacen precisamente de los conflictos más intensos.