Un violento sismo de magnitud 8.8 estremeció el este de Rusia este miércoles, desatando un tsunami en el Pacífico Norte y activando alertas de emergencia desde Alaska hasta Nueva Zelanda. Las costas de Hawái, Japón y Kamchatka enfrentaron las primeras consecuencias, con evacuaciones preventivas y daños materiales.
En Honolulu, las sirenas de alerta resonaron al amanecer, mientras las autoridades ordenaban el desplazamiento a zonas elevadas. Japón registró olas de 40 cm en Hokkaido, mientras Rusia reportó cortes de energía y edificios afectados en Petropavlovsk-Kamchatsky, aunque sin víctimas graves.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico advirtió sobre corrientes peligrosas en Hawái, donde las primeras olas alcanzaron hasta 60 cm. “Eviten playas y puertos”, insistieron las autoridades de Oregón y California, donde se esperaban impactos menores pero riesgosos.
El epicentro, ubicado a solo 119 km de Kamchatka, generó réplicas de hasta 6.9, recordando el devastador terremoto de Fukushima en 2011. Afortunadamente, las plantas nucleares japonesas no registraron anomalías, y en Filipinas y Nueva Zelanda se emitieron avisos preventivos.
Expertos rusos confirmaron que este es el sismo más fuerte en la región desde 1952, cuando un megaterremoto de 9.0 generó olas de 9 metros en Hawái. Ahora, advierten que las réplicas podrían persistir durante un mes, manteniendo en vilo al Cinturón de Fuego del Pacífico.
