Taxistas de Morelos enfrentan tercera amenaza del crimen organizado

En un acto que mezcla la burocracia del terror con la eficiencia de un repartidor de apps, dos sujetos descendieron de un vehículo anónimo para disparar contra una oficina de taxis y pegar, con la meticulosidad de un empleado de FedEx, una amenaza escrita en papel amarillo chillón. “Contesta tu maldito WhatsApp”, rezaba el memo, demostrando que hasta el hampa local sufre la ansiedad de los mensajes sin leer.

Los trabajadores, expertos en navegar el absurdo cotidiano, explicaron con la resignación de quien paga impuestos: “No es uno, sino varios los grupos que exigen su cuota”. Así, Morelos se consolida como el Walmart de la ilegalidad, donde las cárteles compiten por ofrecer el mejor paquete de extorsión (ahora con disparos de cortesía).

Las autoridades, en un guiño al realismo mágico, reportaron cero detenciones pero prometieron “investigar a fondo”, frase que en el léxico institucional significa esperar a que el próximo ataque genere mejores ratings en prensa.

Este episodio marca la tercera “notificación” recibida por los taxistas, en una escalada que comenzó con mensajes de texto (¡qué modernos!), siguió con acosos personalizados y culminó en este performance balístico-demostrativo. Todo un plan de lealtad donde la recompensa es seguir con vida.

Mientras tanto, en otras noticias, el gobierno federal anunció una nueva estrategia de seguridad… pero esa es otra sátira.