Isaac del Toro supera el legado de Alcalá en la Vuelta a Burgos

¿Qué une a dos generaciones de ciclistas mexicanos separadas por tres décadas? La respuesta emerge en las carreteras de Burgos, donde Isaac del Toro no solo sigue los pasos de Raúl Alcalá, sino que los está redibujando con cada pedalada.

Este año ha sido revelador para el joven talento de Baja California. Mientras los aficionados reviven las hazañas de Alcalá en los años 90 —ese “Duende de Monterrey” que conquistó etapas y dejó segundos puestos históricos—, Del Toro está reescribiendo el guion. ¿Cómo? Con actuaciones que superan estadísticas y, más importante aún, con una conciencia creciente sobre el peso de su legado.

“He investigado archivos, visto videos antiguos”, confesó Del Toro en exclusiva. “Alcalá fue pionero, pero hoy tenemos herramientas que él ni soñaba: nutrición científica, datos biomecánicos, equipos multidisciplinarios”. ¿Estamos ante un cambio de era? Los números sugieren que sí: donde Alcalá quedó segundo en 1992 y 1993, Del Toro ahora domina.

Pero hay más. Testigos presenciales en Burgos describen algo inédito: decenas de banderas mexicanas ondeando en cada ascenso. “En los 90, éramos tres gatos locos animando a Raúl”, recuerda Juan Carlos Márquez, periodista deportivo desde 1987. “Hoy, Del Toro moviliza comunidades enteras. Es otro nivel de apoyo”.

El propio ciclista lo reconoce: “Llevo a México en los hombros, pero también a esa generación que abrió camino”. Entre líneas, una pregunta flota: ¿Está el ciclismo mexicano finalmente alcanzando su potencial dormido? Los próximos meses, con la vista puesta en el Tour de Francia 2026, podrían dar la respuesta definitiva.

Mientras tanto, una certeza: Del Toro ya no es solo promesa. Es realidad. Y su historia, como descubrimos al rastrear documentos de la federación y entrevistar a veteranos, podría ser el capítulo inicial de una nueva edad dorada.