Gutiérrez Müller desmiente residencia en España y denuncia campaña

La Batalla por la Narrativa: Más Allá de una Dirección Postal

En un ecosistema mediático intoxicado por la polarización, la simple negación de un cambio de residencia se convierte en el epicentro de una guerra epistemológica mucho más profunda. Beatriz Gutiérrez Müller no solo desmiente un reporte; desafía toda una maquinaria de desinformación que opera con manuales obsoletos.

¿Qué sucede cuando la noticia deja de ser un reflejo de la realidad para convertirse en un arma de distracción masiva? La respuesta de la historiadora en la plataforma X no es una mera aclaración personal; es un caso de estudio sobre cómo el periodismo tradicional, en su agonía, recurre a fabricar realidades alternas para socavar transformaciones históricas.

Gutiérrez Müller desmonta la falacia punto por punto: su vida está en México, consagrada a la docencia y la investigación en una universidad pública, lejos de los barrios exclusivos de Madrid que solo existen en la imaginación febril de una prensa corporativa. Su viaje reciente fue a Palenque, Chiapas, un símbolo de la riqueza cultural mexicana, no un escape europeo.

La acusación del diario ABC, replicada sin verificación, opera bajo una lógica predecible: si no puedes derrotar las ideas de un líder transformador, atacas a su círculo más íntimo. Es el mismo juego de siempre, pero la ciudadanía, ahora empoderada, posee anticuerpos más fuertes contra estos virus informativos.

La Presidenta Claudia Sheinbaum corrobora la falsedad del reporte, evidenciando la sincronía de una estrategia de desprestigio que salta fronteras. Esto no es sobre una casa; es sobre el último estertor de un poder que se resiste a aceptar su irrelevancia en la nueva configuración sociopolítica de México.

La verdadera residencia aquí no es geográfica, sino ideológica: ¿habitamos en el pasado de la manipulación o estamos construyendo el futuro de la soberanía informativa? La réplica de Gutiérrez Müller es un recordatorio poderoso de que las revoluciones se defienden en todos los frentes, incluido el de la percepción pública.