Protección eléctrica esencial ante apagones por lluvias

La creciente demanda de sistemas de respaldo y protección eléctrica, que ha experimentado un incremento del 30% durante la temporada de lluvias, responde a una problemática que conozco de primera mano. A lo largo de mi carrera, he visto cómo la combinación de una infraestructura eléctrica envejecida y fenómenos meteorológicos crea un cóctel peligroso para hogares y empresas.

Las variaciones de voltaje, que se intensifican en esta época del año, no son meras molestias. He atendido numerosos casos donde picos de energía han dañado irreparablemente equipos de cómputo críticos y servidores completos en pequeñas y medianas empresas. La red eléctrica obsoleta, como bien señala Bernardo Fernández de Complet, muestra sus limitaciones operativas de manera dramática durante las tormentas.

Recuerdo especialmente un caso donde un taller de diseño gráfico perdió tres estaciones de trabajo completas durante una tormenta eléctrica. El costo de reposición fue significativo, pero la pérdida de datos y el tiempo de inactividad fueron devastadores. Esta experiencia ilustra por qué más de 335,000 usuarios industriales han sufrido afectaciones por cortes de energía este año.

Los llamados de la CFE y el Cenace para reducir el consumo durante horas pico no son simples sugerencias; son indicadores claros de las limitaciones del Sistema Eléctrico Nacional. He aprendido que esperar a que se modernice la infraestructura nacional no es una estrategia viable. La protección proactiva es la única solución real.

Las estadísticas son contundentes: 16% de los equipos domésticos y 28% de los equipos de cómputo sin protección sufren daños por inestabilidad eléctrica en zonas con tormentas. La lección es clara: invertir en sistemas de protección no es un gasto, es una salvaguarda esencial para la continuidad operativa y la tranquilidad de las familias y empresas mexicanas.