Un Reconocimiento que Sella un Año Inolvidable
En mi larga trayectoria siguiendo el deporte de alto rendimiento, he sido testigo de cómo ciertos momentos definen una carrera. El caso de Alegna González, un pilar de la marcha atlética mexicana, es emblemático. Verla recibir por segunda vez el Premio Nacional de Deportes no es solo un galardón más; es la culminación de una temporada de trabajo meticuloso, disciplina férrea y una mentalidad inquebrantable. Este honor, el máximo para cualquier deportista en el país, corona un año de triunfos que pocos atletas logran consolidar.
El Soporte Institucional: Un Pilar No Negociable
Tras la ceremonia, tuve la oportunidad de conversar con la propia medallista de plata mundial en los 20 km. Con la sabiduría que da el recorrido, Alegna fue clara y contundente: el respaldo económico de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ha sido el cimiento que le permite mantener una preparación de élite de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. “Siempre he recibido el apoyo para mis competencias y campamentos; eso es un reflejo directo de los resultados y siempre estoy agradecida”, compartió. He comprobado, una y otra vez, que cuando el apoyo institucional es constante y serio, como lo ha sido para ella en distintas administraciones, el atleta puede enfocarse exclusivamente en lo que importa: rendir al máximo. Esa seguridad, esa certeza de que no le faltará nada, es un combustible invaluable para la motivación.
Mirando al Futuro: Nuevos Desafíos como Motor
Lo que más me impresionó fue escuchar sobre su próxima meta. Con la vista puesta en el podio olímpico, González no se estanca. Por el contrario, asume un reto audaz: por primera vez en su carrera, completará el ciclo completo participando en los Juegos Centroamericanos de Santo Domingo 2026, donde se medirá en la prueba de medio maratón. Esta decisión no es casual. En este oficio, he aprendido que los grandes campeones siempre buscan reinventarse y salir de su zona de confort. “La marcha ha sufrido varios cambios y espero seguir por el mismo camino”, afirmó. Este salto a una distancia mayor demuestra una evolución atlética madura y una valentía que solo se encuentra en quienes están destinados a grandes cosas.
La Familia y el Equipo: La Red que Sostiene al Atleta
Fue especialmente conmovedor escucharla destacar la compañía de su familia durante estos reconocimientos. En este camino, he visto a muchos talentos prometedores flaquear por falta de una red de apoyo sólida. Alegna lo tiene claro: los logros, por grandes que sean, saben mucho mejor cuando se comparten con quienes estuvieron allí en cada paso del camino. Esa conexión humana es tan crucial como cualquier plan de entrenamiento.
Una Lección de Resiliencia y Perspectiva
Finalmente, sus palabras resumen una lección que todo deportista de elite internaliza con los años: “La vida te da buenos y malos momentos; depende de nosotros levantarnos y seguir trabajando por la meta que tenemos”. Esta filosofía, forjada en la pista y en la vida, es la esencia de su éxito. No se trata solo de ganar medallas, sino de la capacidad de perseverar, de adaptarse a los cambios de la disciplina y de mantener la vista en el horizonte, sin importar los obstáculos. Alegna González no solo es una campeona; es un ejemplo viviente de la dedicación y la gratitud que construyen legados duraderos en el deporte mexicano.
