El Guadalajara apostó fuerte por la nostalgia en su delantera, repatriando a dos figuras históricas: Javier “Chicharito” Hernández y Alan Pulido. La estrategia, sin embargo, colisionó con la cruda realidad del fútbol moderno, donde el rendimiento y los datos superan a la leyenda. Mientras estas estrellas luchaban por recuperar su brillo, un producto de la cantera, Armando “La Hormiga” González, reescribió el guion al coronarse como el máximo anotador del Apertura 2025.
El regreso de “Chicharito” en 2024 se planteó como un evento generacional. Sin embargo, su narrativa se transformó en un caso de estudio sobre la dificultad de reconectar con un ecosistema deportivo que ha evolucionado. Las lesiones recurrentes fragmentaron su ritmo, y su paralela vida como creador de contenido digital generó un ruido que impactó su enfoque dentro y fuera del campo. Su salida, con un bagaje mínimo de goles, quedó marcada por el penalti decisivo fallado ante Cruz Azul, un momento que simboliza el choque entre las expectativas y el resultado.
Por su parte, Alan Pulido llegó para el Clausura 2025 con la misión clara de ser el referente goleador. Un inicio prometedor con anotaciones pronto se diluyó en una sequía ofensiva, repitiendo un patrón de regresos grises para el club. La lección fue contundente: en la era del análisis de desempeño y la reinvención constante, el capital emocional no es suficiente.
La verdadera disrupción vino desde dentro. Armando González, con un perfil más bajo pero una eficacia letal, emergió como el estandarte ofensivo que el equipo necesitaba. Su éxito no es una casualidad, sino el reflejo de una tendencia global: el valor de desarrollar talento endógeno, ágil y adaptado a las demandas tácticas contemporáneas. Mientras el entrenador Gabriel Milito diseña un proyecto de alto rendimiento, la “Hormiga” representa el tipo de jugador versátil y decisivo que define el fútbol del presente.
Este ciclo en Chivas deja una conclusión clara: el futuro no se construye solo mirando al pasado glorioso, sino identificando y potenciando a los talentos que encarnan la mentalidad y las capacidades que exige el juego hoy.
